El discurso de Barnier: prometer menos, cumplir mejor

El discurso de Barnier: prometer menos, cumplir mejor
El discurso de Barnier: prometer menos, cumplir mejor
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Es un ejercicio instructivo, incluso en cuanto al fondo, comparar lo que dice un nuevo Primer Ministro cuando llega y lo que puede hacer.

¿Qué aprendimos de la declaración de política general de Gabriel Attal del 30 de enero? Fórmulas y compromisos. La fórmula que utilizamos para los delitos menores fue la siguiente: “Rompes, reparas, ensucias, limpias, desafías a la autoridad, aprendes a respetarla”. Fue impactante, pero rápidamente se olvidó….

En economía, habían surgido tres prioridades programáticas más: desbloquear, desmicardizar y desburocratizar. Y finalmente hubo medidas de la vida cotidiana que marcaron la mente de los franceses: el pago de las citas médicas no cumplidas (el Impuesto sobre los Conejos); la semana de cuatro días en las administraciones; limpieza de oficinas en administraciones durante el día para eliminar horarios escalonados, etc.

Pocos de los proyectos mencionados entonces han llegado a buen término. Me dirás: no tuvo tiempo. Es cierto. Pero ésta no es la única explicación. Cuando abrimos demasiados frentes, cuando prometemos demasiado, es más complicado tener éxito.

La desmicardización es un camino que movilizará a cinco gobiernos y se ha encargado y publicado un informe (para revisar las reducciones de las cotizaciones a la seguridad social en torno al salario mínimo). ¿Pero hemos avanzado en el corto plazo porque se ha creado un Consejo Superior de Retribuciones? No estoy seguro.

Prometer menos, entregar más

¿Desbloquear la economía? Francamente, no vimos mucho. ¿Desburocratización? Se leen en el informe publicado que se simplificaron 250 procedimientos y se suprimieron los comités Théodule. Pero, una vez más, la situación no ha cambiado.

Ah, sí, el famoso impuesto a los conejos ha quedado en el olvido.

En cuanto a las finanzas públicas… En su discurso de hace sólo ocho meses, Gabriel Attal prometió una reducción de impuestos de 2.000 millones de dólares para las clases medias y prometió que el déficit público se reduciría al 3% de la riqueza nacional en 2027.

En la vida real, en primavera, cuando empezaron a llegar las alertas rojas, le negó a Bruno Le Maire el “colectivo” presupuestario que éste pedía para realizar ahorros y aumentos inmediatos de impuestos.

En aquel momento, el Primer Ministro estaba exactamente en la misma línea que Emmanuel Macron: no había olas en las finanzas públicas, el grifo seguía abierto.

Como resultado, hoy debemos poner en marcha un freno de emergencia con un shock fiscal, aumentos de impuestos y recortes de crédito.

En resumen, el consejo que le daría a Michel Barnier: promete menos, cumple más. Y recordemos el proverbio popular que debería gustar al montañero que es el actual Primer Ministro: ¡el que es inteligente cae al barranco!

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