¿Cómo descubriste la fotografía?
“Esta pasión comenzó muy joven, alrededor de los 12 años. Tomé prestada la cámara de mi madre y, con mi hermano, nos filmábamos o tomábamos fotos muy a menudo. En la escuela secundaria, aprendí fotografía cinematográfica y todo el proceso que conlleva: Revelar, imprimir y comprender el arte de la luz. Más tarde, con mi primer teléfono inteligente, debo admitir que fotografié todo y cualquier cosa (risas)”.
¿Cuáles fueron tus primeras experiencias como fotógrafo?
“Fue en Argentina, donde fotografié paisajes y naturaleza. Me encanta. Me gusta viajar, y la fotografía me permite ese escape. Me gusta inmortalizar lo que veo pero también lo que experimento”.
Jérémy Ferrari, Baptiste Lacaplin y Arnaud Tsamere, próximamente en Bélgica para formar un trío hilarante: “Jérémy es el más estresado de los tres” (VÍDEO)
¿Crecer con un padre artista influyó en tu visión del arte y en tu forma de abordar la fotografía?
“Mi padre suele decir que su profesión no es el trabajo, porque le apasiona. Cuando consideras el trabajo como una pasión, deja de ser percibido como una limitación y se convierte en una fuente de placer y plenitud. A mí me pasa lo mismo”.
Tienes varios puntos en común con tu padre: el humor, la franqueza y esa tendencia a ser un perfeccionista de corazón, ¿no?
“Sí, soy bastante estricto conmigo mismo. Tengo una visión precisa de lo que quiero capturar: la luz, luego la emoción que sentimos a través de la imagen”.
¿Cómo encontraste el equilibrio entre tu rol de fotógrafa y el de hija?
“Fue natural, porque somos un dúo. Hablamos e intercambiamos ideas. Además, soy modesto y discreto. No estoy constantemente detrás de él con la cámara. No sentí la necesidad de fotografiarlo en cada momento, incluso durante su enfermedad.”
¿Representan estas fotografías para usted una forma de herencia artística de su padre, o más bien un testimonio de su vínculo único con él?
“Para mí, es más un testimonio de nuestra relación. Podemos ver nuestra complicidad a través de las fotos”.
¿Hay alguna foto que capture esta en particular?
“¡Sí, cuando salió del escenario pero por el lado equivocado! La pantalla aún no estaba levantada. Allí lo sorprendí desde mi escondite. Parecía decirme con su mirada risueña: “¡Oye, tú también estás ahí! “Se equivocó de lugar y se da cuenta de que lo sorprendí”.
¿Fue difícil mantener la distancia emocional al capturar momentos tan personales?
“No, porque nos comunicamos mucho y compartimos momentos de risa. Todo es fluido y natural. No hay barreras emocionales”.
¿Incluso cuando capturaste esa poderosa imagen en el hospital?
“Esta foto es poderosa, porque evoca algo triste, pero también fue el final de su último tratamiento de radioterapia. Inmortalizamos este momento juntos. La imagen es conmovedora, pero el humor familiar estuvo presente, haciendo la situación más placentera”.
Sabes que Bélgica vino allí con tu famoso padre. ¿Hay lugares que te gustan más que otros?
“Sí, la sala de conciertos Forest National. Mi padre suele decir que los belgas son personas cálidas y amigables, y es verdad. Su amabilidad es notable. Pero durante las giras, me quedaba principalmente en las salas donde él producía, así que todavía no he Tuve la oportunidad de visitar lugares emblemáticos.”
¿Qué se siente al ver a tu padre aplaudido por ocho mil fanáticos que gritan?
“El público belga es realmente apasionado. Sentimos el fuerte vínculo que existe entre ellos. Es un verdadero momento de compartir, hermoso de ver y experimentar. Quizás la próxima historia familiar sea con mi hermano, que también es artista. Crea frescos en Francia y Argentina con su mejor amigo.
Si tuvieras que fotografiar a un artista belga, ¿a quién te gustaría fotografiar?
“Pienso en Stromae, que tiene una puesta en escena increíble, y en Angèle, que también me fascina”.
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