A finales de año, Patrick Sébastien publica “El carnaval de los ambiciosos”, donde acaba con muchos de sus enemigos en la televisión y en otros lugares. Con algunos deslices que no fueron realmente controlados…
El libro le ha permitido circular en los medios durante varios días. En cualquier caso, quienes aceptaron invitarlo… Patrick Sébastien publicó “Le Carnaval des ambiciosos” en ediciones XO, a finales de noviembre. El trabajo número 22 de esta buena figura de la televisión, que en esta ocasión celebra su carrera número 50. Un aniversario que tendrá lugar lejos de las cámaras, ya que Patrick Sébastien fue expulsado de France Télévisions en 2018 y ya no es muy bienvenido allí.
En esta controvertida obra, el hombre que todavía organiza “El cabaret más pequeño del mundo” en provincias dibuja retratos de las diferentes personalidades (principalmente masculinas) que ha encontrado a lo largo de su carrera, desde ex presidentes, como Nicolas Sarkozy, hasta artistas como Patrick Bruel, Jean Dujardin o incluso Dany Boon. Si muchos sufren los constantes ataques y el descaro del autor, poco conocido por su moderación, otros tienen derecho a retratos un poco más halagadores.
Este es especialmente el caso de personalidades controvertidas, como Dominique Strauss-Kahn, Alain Delon y Gérard Depardieu. Uno de los aspectos más destacados del libro es la teoría del ex presentador sobre el asunto DSK. Patrick Sébastien afirma tener información confidencial que demuestra la inocencia del ex director del FMI, ex favorito en las elecciones presidenciales de 2012. ¿La fuente que cita en el libro? ¡Una ex amante común! ¿La prueba? Sobre la almohada, ella lo habría retratado como un “encantador delicado” que “nunca habría sido realmente violento”. Suficiente según él para evacuar las acusaciones de violación de Nafissatou Diallo en el Sofitel de Nueva York en 2011…
También hay diatribas que no podemos entender realmente (o tal vez no queremos intentar entender): “Los mejores futbolistas son negros y los acosadores sexuales son blancos”, por ejemplo, dice de inmediato Go a. el animado Patrick Sébastien, en medio de un capítulo, sin que sepamos realmente dónde está la conexión. Incluso cuando el autor destaca “una extraña paridad interesante de analizar”, muchos sólo verán una implicación racista apenas velada.
Patrick Sébastien deja claro este punto al comentar los Juegos Olímpicos de París, regocijándose especialmente por las medallas ganadas por “hombres blancos con apellidos que no podrían ser más Franchouillard”, como Léon Marchand o Antoine Dupont. Por el contrario, critica la ceremonia de apertura “despertada” de Thomas Jolly, que habría puesto “fuera de juego” a los de su “raza”.
Su “raza”. La palabra, por tanto, está bien escrita y ese es, en definitiva, el objetivo de este libro: denunciar esta “época sucia” que corre “para los galos nativos apegados a sus raíces” y defender “a los hombres blancos mayores de 50 años”. Porque son, obviamente, los verdaderos chivos expiatorios de esta sociedad regida por el “wokismo” y el “pensamiento correcto”. Todo lo que parece provocar la amargura de un Patrick Sébastien muy amargado hoy en esta tormenta, sin duda reservada a sus seguidores más fieles y a un público determinado. Los demás probablemente puedan prescindir de él.