Lanzar un segundo álbum suele plantear problemas. O continuamos con el impulso del primero o rompemos el patrón y aceleramos. El artista Delf optó por la segunda opción.
El artista, tras su creación, sea cual sea, se siente vacío y un poco ausente de la realidad cotidiana. Ofrece, y lógicamente espera, retroalimentación del público. Entre ambos y desde la aparición de las redes sociales, otras cuestiones bajísimas de carácter comercial han interferido en el proceso. En un momento no hace mucho, lanzamos un álbum y dependiendo de las cifras de ventas hicimos grandes giras, o no. Hoy, los seguidores de la red dictan el juego. La sensibilidad del artista queda relegada a un segundo plano, porque este universo no es el suyo. Además, Cécile Charpentier viene a apoyar a Delf como responsable de producción en esta jungla inextricable.
Tómate el tiempo para perfeccionar
Lo que aún se mantiene estable es el proceso de registro. Delf, artista escénica y compositora apoyada por Jeanne Massonnet, una joven y más que prometedora ingeniera de sonido de 24 años afincada en Bruselas, se tomó el tiempo necesario en la preproducción para afinar las 10 nuevas piezas que aparecerán en su Segundo álbum en solitario, de la próxima primavera:
“Cuando conocí a Jeanne, durante una de mis presentaciones en vivo, ella me puso el sonido. Rápidamente noté su sentido de la estética cercano al mío, este sentido del detalle que es muy importante para mí. Empezamos así, divirtiéndonos en casa con mis futuros títulos, luego la dirección electro sin perder ese toque orgánico, rápidamente se impuso. Así que coprodujo el álbum conmigo y el entendimiento fue muy bueno. »
Elemento regenerativo
Las sesiones de grabación finalizaron en el estudio Les Fauteuils Rouges de Rivesaltes, propiedad de Julien Lebart, que se encuentra detrás de algunos de los teclados. La base electro, columna vertebral de las composiciones de Delf, no impide que Cyril Malé, la batería y el bajo Jim Noël, interfieran en este universo 100% femenino.
Una particularidad que Delf ha llegado a apreciar con el tiempo. Sin mezclarse con la piel militante de una walkyrie de Femen, la singularidad que emerge de este trabajo con Jeanne se lleva con el oleaje, las poses machistas que con demasiada frecuencia flotan en el ambiente musical. El oleaje, el rocío, las olas, el agua en primer lugar, es verdaderamente el elemento regenerador de Delf.
Épica musical élfica
Siempre cómoda en sus largos, esta ex nadadora profesional de sincro, que continúa esta exigente disciplina por placer, utiliza con tacto metáforas marinas en sus textos. Su interés por la condición humana, la resiliencia que encuentra a diario frente a viajes demoledores, infunde emociones que se liberan en textos de encaje ornamentados. Para unir todo, se está iniciando un crowdfunding en HelloAsso, para pedir vuestro apoyo activo a esta epopeya musical de Delfique. Para que su arte se convierta en tu vida diaria. ¡Hay castigos peores!