Durante las entrevistas en France Inter con Léa Salamé y en France 2 en “20.30 horas del domingo” con Laurent Delahousse, Lara Fabian abordó un aspecto difícil de su juventud: sus trastornos alimentarios. La cantante belga-canadiense reveló que padecía graves trastornos alimentarios. “No era sólo bulimia, era un poco más grave”, confió.
Lara Fabián compartió una anécdota llamativa sobre este período oscuro: comía solo una manzana por semana, cortada en siete trozos para tener una ración diaria. Este comportamiento extremo reflejó una búsqueda de control en un momento de profundo malestar. La artista, ahora en paz, ve en su pasado una dificultad para sentirse amada, a pesar del cariño real de sus allegados.
Lara Fabián, que acaba de publicar el disco “Je suis là”, describe este proyecto como “una oda a la resiliencia”. En su canción “Une Fleur à la bouche”, explora el origen de sus problemas y el dolor de no sentirse reconocida ante los ojos de su padre: “Me encontré tan fea a los ojos de mi padre que dejé mi tierra”. Esta pieza es una carta abierta a quienes, como ella, han luchado por encontrar las palabras para expresar las heridas de su infancia.
“Esta canción es un espacio para decirles a quienes no tuvieron instrucciones para ser padres, que nunca es tarde para reparar”, explica evocando también su enfoque de curación personal a través del psicoanálisis y la música. Lara Fabián describe esta introspección como una forma de deshacerse de las “perlas negras” que han marcado su vida.