En su gran regreso al ring, casi 20 años después de su última pelea, Mike Tyson fue derrotado a finales de la semana pasada por Jake Paul en Arlington (Estados Unidos). La leyenda del boxeo obviamente tendría dificultades para recuperarse de este duelo.
No aguantó mucho tiempo. En su esperado regreso al ring, casi 20 años después de su última pelea profesional, Mike Tyson perdió a finales de la semana pasada ante Jake Paul por unanimidad de los jueces después de ocho asaltos.
Una derrota clara que a la leyenda del peso pesado le costó aceptar. Incluso si aguantó hasta el final de su enfrentamiento. “Mike está muy agradecido de que Jake no lo haya matado, como dijo que iba a hacer”, dijo uno de su séquito al Daily Mail, añadiendo que se encuentra en “mala forma” y “un poco avergonzado”.
“Él tira la toalla”
Y este revés fue la sentencia de muerte para su carrera. A sus 58 años, el boxeador estadounidense ya no debería ponerse guantes. “Él tira la toalla. Realmente esperaba poder terminar su carrera con una victoria, pero al final fue una victoria porque le pagaron millones. Este dinero va directamente a su fondo de jubilación”, dijo una persona cercana a Mike Tyson.
A pesar de su derrota, “Iron Mike” se llevó un pequeño premio gordo, ya que se habría embolsado casi 20 millones de euros. Suficiente para asegurar sus “viejos” tiempos, mientras experimentaba problemas de salud con una úlcera péptica al margen de esta pelea inicialmente prevista para el 20 de julio.
“Casi muero en junio. He recibido ocho transfusiones de sangre. Perdí la mitad de mi sangre y 25 libras (11 kilos, nota del editor) en el hospital y tuve que luchar para recuperarme y luchar, así que gané”, publicó en su cuenta X (antes Twitter) al día siguiente de su derrota. Y esto último no le quitará nada a su inmensa carrera.