Reseña de Ahh Caramelo | Las aventuras de un valiente cobarde.

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Pour son segundo espectáculo en solitario, Ahh Caramelo…, El actor, presentador y humorista Martin Vachon demuestra su talento como narrador y ofrece un humor que no inventa nada, pero que a menudo te hace sonreír.


Publicado ayer a las 11:00 horas.

Simpático narrador, Martin Vachon presenta en escena divertidos fragmentos de su vida, desde sus aventuras como presentador de televisión hasta las que vive como paternidad. Más que una ráfaga de puñetazos, prefiere dedicar largos ratos a la misma historia, una decisión narrativa que le conviene.

El comediante comienza el espectáculo con una premisa sencilla que guiará toda su actuación: tiene miedo de todo y tiene una relación de amor-odio con el miedo. Poco valiente, pero siempre dispuesto a afrontar los retos que más le intimidan.

Como cuando aceptó presentar un programa de TV5 sobre desnudos. Aunque el número se extienda demasiado, entendemos que esto es parte de su estilo.

A Martin Vachon le gusta tejer durante mucho tiempo con el mismo hilo rojo. Profundiza en detalles, aporta varios ejemplos, lanza numerosos juegos de palabras… que, en ocasiones, fracasan.

Lo cierto es que sus expresiones faciales son divertidas, sus historias son lo suficientemente excéntricas como para cautivarnos y su forma de contar historias, una vez más, es una gran fortaleza. Su energía como presentador de televisión, un poco “golden retriever” (siempre sonriente y de buen humor), se nota mucho en el escenario. A menudo nos hace querer escucharlo y su energía es pegadiza.

Después de hablar largamente de sus aventuras por el mundo durante el programa sobre la desnudez (sí, el micrófono sirvió para imitar un pene), continúa con sus miedos y puntúa hábilmente ciertos segmentos con buenos chistes. Habla de su miedo a la oscuridad y a los mapaches mientras acampa, luego confiesa que nada supera el momento en que se sometió a una vasectomía en lo que respecta al miedo. Cuanto más dura el número, más divertido es. Su autodesprecio hace que la multitud reaccione hábilmente.

Puesta en escena y errores garrafales

La puesta en escena es el punto fuerte de este espectáculo de poco más de una hora que nos invita a asistir a una serie de pinturas. El golpe final de un número permite un breve interludio musical, un cambio de iluminación y seguimos adelante. Así, aunque es hábil en las transiciones entre cada una de sus anécdotas, Martin Vachon utiliza los pocos elementos que lo rodean para puntuar su espectáculo de manera original.

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FOTO SARAH MONGEAU-BIRKETT, LA PRENSA

El comediante Martin Vachon en el escenario

Las luces redondas que forman una especie de pared detrás de él se iluminan en diferentes tonos y se mueven para cambiar el estado de ánimo y, en ocasiones, incluso ayudar a la narración. Nos encanta ver las luces cambiar a azul verdoso mientras imita sus desventuras bajo el agua, después de que un amigo lo convence de bucear con tiburones; de hecho, uno de los muy buenos momentos del espectáculo. Es divertido ver estas mismas luces imitando la bandera canadiense al concluir una anécdota sobre una audición fallida y el primer ministro Justin Trudeau (sí, sí, hay una conexión).

El espectáculo se compone de momentos fuertes que hacen sonreír y a veces reír, pero también de debilidades, como ciertos juegos de palabras o intentos ligeramente fallidos de remate, a menudo cuando el comediante cae en la trampa de los clichés y los chistes fáciles.

Uno de los mejores números es, en definitiva, aquel en el que muestra más apertura que nunca, un momento más íntimo al final del programa durante el cual habla de los episodios de delirio de su padre. Abordando un tema más difícil, consigue hacerlo muy divertido. Una vez más se toma el tiempo para contar extensamente las desventuras que ha vivido y funciona bastante bien con el público.

Si al comienzo del programa preguntó quién entre el público lo había visto alguna vez como comediante, para demostrar que es mejor conocido por otras cosas (como Gran Hermano Celebridads), Martin Vachon probablemente haya convencido a quienes aún no conocían su humor de que no es indigno en el escenario.

Visita el sitio web del comediante.

Ahh Caramelo...

Ahh Caramelo…

De gira en Quebec

5,5/10

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