Contrariamente a la imagen tradicional de una familia real privilegiada, Kate y William quieren darles a sus hijos una existencia sencilla y normal. Una persona cercana a la familia dijo al periódico el soly cuyos comentarios fueron transmitidos por The Mirror, que George, Charlotte y Louis participan activamente en las tareas domésticas.
“DOA la gente le sorprendería lo normales que son las cosas en casa.“, dijo la fuente.”Los niños ayudan a poner la mesa, recogen los platos después de terminar de comer y recogen.“No existe un trato especial para los miembros jóvenes de la familia real.
Una elección deliberada por parte de Kate Middleton y el príncipe William
Si bien esta elección puede resultar sorprendente, refleja los valores de Kate, que desea criar a sus hijos en
un ambiente sano y equilibrado. La Princesa de Gales siempre ha querido preservar la vida familiar y proteger a sus hijos de perturbaciones externas.
A pesar de su tratamiento y recuperación del cáncer, Kate se esforzó por
mantener una rutina normal para George, Charlotte y Louis. Incluso se negó a contratar personal adicional para ayudarla a realizar las tareas del hogar.
Comidas familiares y responsabilidades compartidas.
Las noches en Adelaide Cottage están marcadas por comidas familiares, donde todos participan en la preparación y servicio.. Los niños aprenden a cocinar y disfrutan de una variedad de platos, desde curry hasta salmón teriyaki.
“catherine es muy natural“, confió también la fuente. “Ella mantiene a la familia con los pies en la tierra. El hogar es un refugio seguro.“Para Kate, es importante mostrarles a sus hijos la importancia de estar arraigados en la realidad y en contacto con los demás.
Valores transmitidos a las generaciones futuras
La implicación de George, Charlotte y Louis en las tareas del hogar no es sólo una cuestión de educación, sino también de transmisión de valores. Al empoderarlos desde una edad temprana,
Kate y William preparan a sus hijos para convertirse en adultos independientes y conscientes de las realidades del mundo que los rodea.
Este enfoque educativo contrasta con los hábitos de la familia real, pero atestigua el deseo de la pareja de modernizar la institución y adaptarlo a los desafíos del siglo XXI.