El sacerdote que permitió a Sabrina Carpenter filmar un vídeo musical en su iglesia ha sido destituido de su cargo tras ser declarado culpable de “violaciones importantes de las políticas y protocolos diocesanos”.
Una decisión con graves consecuencias. La canción “Feather” de Sabrina Carpenter causó un verdadero revuelo en su lanzamiento el año pasado, debido a escenas consideradas provocativas en la histórica Iglesia de la Anunciación de la Santísima Virgen María en Brooklyn (Estados Unidos). El jefe de esta parroquia, el padre Jamie Gigantiello, fue relevado de sus funciones el lunes 18 de noviembre, después de que una investigación revelara otros casos de mala gestión.
Esta investigación, iniciada tras la difusión del vídeo, puso de relieve la transferencia de 1,9 millones de dólares de fondos parroquiales a cuentas afiliadas a Frank Carone, exjefe de gabinete del alcalde de Nueva York, Eric Adams, actualmente objeto de una investigación por corrupción. Estas transferencias, realizadas entre 2019 y 2021, no habían sido autorizadas ni debidamente documentadas, contraviniendo los protocolos de inversión de la diócesis, explicó el obispo Robert Brennan.
La Diócesis Católica Romana de Brooklyn confirmó que el padre Gigantiello había sido destituido de “cualquier función de supervisión pastoral o gobierno” en su iglesia. Según el comunicado, el bufete de abogados de Frank Carone reembolsó 1 millón de dólares de los fondos, con aproximadamente un 9 por ciento de interés. Ahora, el padre Witold Mroziewski tiene “completa autoridad sobre la parroquia”, incluidos los asuntos litúrgicos, aunque Jamie Gigantiello todavía puede celebrar misa con su aprobación, dijo la portavoz de la diócesis, Adriana Rodríguez.
Un “error de juicio”
La polémica estalló en noviembre de 2023 tras la publicación del clip “Feather”, publicado el 31 de octubre. En el vídeo, En el que aparecen hombres abusando de la cantante antes de sufrir una muerte espantosa, Sabrina Carpenter se acerca a la distintiva iglesia de ladrillo en un coche fúnebre rosa, baila frente al adornado altar de la iglesia, vestida con un vestido corto negro y un velo negro junto a un colorido conjunto de ataúdes falsos.
Estas imágenes fueron consideradas inapropiadas y la diócesis se declaró “consternada”, criticando el incumplimiento de los procedimientos de filmación. En una carta a los feligreses en noviembre pasado, Jamie Gigantiello dijo que aprobar la filmación fue un “error de juicio”, diciendo que no estaba en el lugar y que desconocía la naturaleza provocativa de las escenas.
Por su parte, Sabrina Carpenter volvió a abordar el asunto con ironía durante un concierto en el Madison Square Garden en septiembre pasado, poco después de la acusación contra Eric Adams, la primera vez que un alcalde en ejercicio de Nueva York lo hacía. “Maldita sea, ¿y ahora qué? ¿Deberíamos hablar de cómo conseguí que acusaran al alcalde?”, dijo, provocando risas en la multitud.