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En su quinta novela, Sólo quedó el bosqueDaniel Mason cuenta la historia de un lugar anotando las huellas que allí dejan sus habitantes, humanos o no. Multiplicando historias interconectadas utilizando una estructura inventiva, el novelista se basará en cuatro siglos de historia.
Un hombre algún día optará por instalarse en medio del bosque, en una cabaña. Con el paso de los años, la casa se irá ampliando y transformando, mientras los propietarios se sucederán. De principio a fin, la novela desarrolla el ciclo de la naturaleza y el paso de las estaciones.
Daniel Mason nos lo confirma: al igual que sus personajes, pertenecemos a la tierra, y no al revés.