En 1792, en Francia, el Antiguo Régimen llegó a su fin. Después de varios retrasos (incluida la famosa fuga en un carruaje, detenido en Varennes), los revolucionarios ordenaron el arresto de Luis XVI (Guillaume Canet) y su esposa María Antonieta (Mélanie Laurent). Con sus hijos y algunos seguidores, son llevados a la Torre del Templo.
El Diluvio se propone seguir a la familia real hasta la ejecución de Luis XVI en una historia “libremente inspirada”, como dice la propia película, en los cuadernos de notas de Cléry, el único ayuda de cámara del rey que permaneció con el monarca hasta su muerte.
Aprende a ser humano
Historia de caída, la inundación Inicialmente se propone mostrar a Luis XVI y María Antonieta como semidivinidades, a quienes atribuimos virtudes extraordinarias, inaccesibles bajo sus capas de ropa, joyas y maquillaje. Un boato que irá desapareciendo hasta revelar finalmente la humanidad de la pareja real. Porque de estas desgracias, el director italiano Gianluca Jodice extrae en tres actos una lección sobre cómo aprender a ser humano. Y estas enseñanzas son a veces lúdicas, a veces crueles (una escena escalofriante con María Antonieta encuentra un eco triste en nuestra actualidad).
Y gracias a una interpretación correcta, tanto para Mélanie Laurent como para Guillaume Canet, se crea empatía con estas figuras odiadas, sin que sus faltas sean exculpadas. Más que una película histórica, El Diluvio Es ante todo una fábula amarga, cuya lección es tristemente irónica: aprender a vivir en vísperas de la muerte.
El Diluvio de Gianluca Jodice, en cines este miércoles 25 de diciembre. Duración: 1 hora 41 minutos
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