La Cruz Roja, la Asociación de Familias Protestantes, Queremos el Sol y la Orden de Malta, estas cuatro asociaciones están detrás de la comida solidaria que se ha celebrado este domingo 22 de diciembre en Ménimur. Una cuarentena de hombres y mujeres, la mayoría sin hogar, todos ellos muy precarios, aprovecharon este momento de relajación y pausa en torno a una comida caliente ofrecida en el centro Henri-Matisse. Personas que los voluntarios de las asociaciones benéficas conocen bien para encontrarse con ellos durante las maraudes organizadas en Vannes. “Entre nuestras cuatro asociaciones se realizan redadas todas las noches en la ciudad. Este momento de solidaridad también nos permite establecer un entendimiento entre nuestras asociaciones. No hay rivalidad en cuestiones de pobreza”, explica François Cardron.
Después del tronco, los regalos.
Mientras el cantante Hocine amenizaba con música, los invitados recibieron su plato principal: pollo en crema con morillas. Como entrante, el menú navideño incluía salmón y tarta, para después, para terminar, queso y tronco para todos. Después de las canciones, la comida estuvo amenizada por un ventrílocuo, payasos y un coro. Y como no hay Navidad sin regalo, a los beneficiarios de este día se les ofrecieron cajas sorpresa, en gran parte donadas por alumnos de secundaria de Grand-Champ.
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