Exposición
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Expuestas hasta el 16 de febrero en la institución parisina, las creaciones del escultor suizo fallecido en 2012 deslumbran por su gracia pacífica.
Los artistas rara vez se equivocan con sus pares. Sin embargo, al final de la conmovedora y milagrosa exposición de Hans Josephsohn, un vídeo reúne los testimonios del club de fans de este escultor fallecido en 2012, a la edad de 92 años. Anteriormente, sólo se había mostrado una vez en París, en el Palacio de Tokio, hace más de quince años, en una muestra colectiva comisariada por el artista Ugo Rondinone. Que aparece precisamente en esta pequeña película, al igual que Thomas Houseago, Simone Fattal o Rachel Harrison, la élite de la escultura contemporánea, compitiendo por los elogios sobre esta obra admirablemente puesta en escena por el pintor Albert Oehlen en una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de París. La exposición está impregnada de una atmósfera seria, blanca y desnuda, habitada por bloques de yeso, a veces fundidos en bronce o latón, de superficie rugosa y corpulencia compacta.
Remolinos y reflujos de yeso viscoso.
En el magma de sus cuerpos o cabezas blanquecinas o grisáceas, estas estatuas apenas representan seres humanos. Tumbadas o de pie, de cuerpo entero o hasta el busto, sugieren la presencia de personajes femeninos.