Tras las huellas de dos payasos en un servicio de geriatría en Gironda

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q¿Quiénes son estos divertidos personajes que saltan de alegría por los pasillos de la residencia de ancianos de Podensac? Falda de tul, medias rosa neón, sombrero naranja, mochila de mariquita, maquillaje colorido, varita mágica. No es exactamente el estilo de los cuidadores con batas blancas que solemos encontrar en esta unidad de alojamiento reforzada del centro hospitalario de Sud-Gironde. La pareja canta, baila, ríe. Bambou e Iom tienen cada uno la nariz roja. ¡Payasos! Estos actores de la asociación Clown ta dormitorio actúan desde hace varios meses en Espass (apoyo y atención a las personas mayores) en Podensac.

“En total somos seis payasos trabajando en las salas geriátricas. Veremos residentes que están socialmente aislados. Ya sea porque ya no reciben visitas, o porque su enfermedad neurodegenerativa ya no les permite mantener la comunicación tradicional. Venimos a verlos todos los meses para restablecer un poco de conexión humana”, presenta François Dubois, alias Vivien, el payaso presentador del karaoke.

La asociación fue creada en 2021 en el sur de Gironda. Todos los actores han seguido una formación de payaso en un entorno sanitario.


Es hora de besos de caracol en el primer dormitorio.

A.D.

Humor y delicadeza

El bambú y el Iom son insostenibles. “Me haces dar vueltas la cabeza, mi transporte eres tú…” Corren por los pasillos de la residencia de ancianos, hacen acrobacias en las habitaciones, cantan Édith Piaf a todo pulmón y hacen juegos de palabras cuestionables. Detrás de sus travesuras se esconden dos corazones delicados. Iom saca un cuaderno lleno de números de habitaciones y anotaciones: “Nos comunicamos de antemano con el personal de enfermería para saber a qué habitación podemos entrar. También hacemos balance después”, dice el payaso a “Sud Ouest” antes de regresar a su mundo poético: “Venimos a ver a nuestros amigos, les damos besos, rasguños, pequeños masajes. Hablamos, escuchamos. Ellos sonríen. Creo que les sienta bien. » Una vez al mes, es el recorrido de la felicidad.

Estamos aquí para hacerlos reír, pero no sólo eso. Los payasos pueden desencadenar todas las emociones. A veces los residentes necesitan expresar enojo, tristeza, miedo.

Vaya a la habitación de la señora A. Bambou se amarra al borde de la cama y mira fijamente la del paciente: “Me encanta cómo me miras. Siento que veo todo tu mundo. » La señora A. no ha hablado desde hace varias semanas. Pero su mirada vale más que mil palabras. Ella sonríe. Tras una sesión de besos y abrazos, los payasos se marchan al son del piano de pulgar. “Nos permitimos cualquier cosa que provoque emociones. Cantamos, bailamos, imitamos los gestos, tocamos, exageramos, investigamos”, enumera la payasa Vivien antes de añadir: “Estamos ahí para hacerlos reír pero no sólo eso. Los payasos pueden desencadenar todas las emociones. A veces los residentes necesitan expresar enojo, tristeza, miedo. »


Bambou e Iom, dos de los seis payasos de la asociación Payaso tu dormitorio.

A.D.

Saca las emociones

Los disfraces no se eligen al azar. Colores brillantes, texturas diferentes: “El objetivo es despertar todos los sentidos. » Los actores están en el momento presente. En el segundo dormitorio, Bambou se aferra al ascensor como en un número de circo. Madame B. abre mucho los ojos: “¡Eso es un cuento!” » Raro, muy raro. Pero durante cinco minutos, los pensamientos perdidos del residente se evaporan. “Los pacientes son más abiertos después de que pasan los payasos. A veces, el efecto dura y los cuidados se vuelven más fáciles”, se maravilla la psicóloga de Espass de Podensac, Cristina Delannoye-Huarte.

“Nos permitimos todo”, dicen los payasos. Casi todo.


“Nos permitimos todo”, dicen los payasos. Casi todo.

A.D.

Tercer dormitorio de la tarde. Iom y Bambou improvisan. El más mínimo detalle es una chispa que enciende el fuego de la conversación. “¿Has comido tu magdalena?” » Los actores se lanzan a un sketch surrealista en torno a este snack apodado “gaillardise”. “Mi nombre es Iom, ¿te gusta eso?” » pregunta el payaso barbudo. La señora C. hace pucheros: “No demasiado, pero te hace reír. »

Cuarto dormitorio. El paciente duerme profundamente. Esta vez no se trata de sacar el micrófono del karaoke. Bambou todavía le susurrará una palabra al oído. Una dulce palabra, sin duda. “Si están dormidos, podemos colarnos en sus sueños. » A todos nos vendría bien un payaso tan simpático.

Un microkaraoke, habría validado Édith Piaf.


Un microkaraoke, habría validado Édith Piaf.

A.D.

Haz el payaso en tu habitación

La asociación, presidida por la psicomotricista Lucille Galman, tiene su sede en Langon y próximamente en La Réole. Los actores trabajan en los departamentos de pediatría y geriatría de centros sanitarios del sur de Gironda, de Entre-deux-Mers y de Marmandais. Para apoyar a la asociación y contactarla: 06 07 78 05 56, [email protected] y www.clowntachambre.fr. Posibilidad de exención de impuestos por donaciones.

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