En la sala de espectáculos del Centro Pompidou, antes de ser presentada en el Théâtre des Quartiers d’Ivry, la obra de Peter Handke arde con una nueva relevancia, la de las ciudades suburbanas, en la sorprendente producción de Sébastien Kheroufi. Anne Alvaro, Casey, Reda Kateb y el director interpretan los papeles principales en esta epopeya coral entre cincuenta actores. La poesía de Handke arde con furia cruel.
“Ay de ti si te atreves a expresar quiénes somos”
@Christophe Raynaud-De-Lage
Así lo dice Hans, el trabajador y hermano de Gregor, el escritor mayor, el que se fue a la ciudad, que dejó a su familia, a sus amigos de la infancia y a su entorno. Gregor, interpretado por Reda Kateb, una figura frágil y esbelta, vestido con un impermeable negro bien hecho y gafas de montura intelectual, regresa para ver a su hermano y a su hermana. Su incapacidad para actuar ante la tragedia de estas situaciones miserables, que no han cambiado durante décadas, se manifiesta primero a través de palabras que describen la culpa y el perdón. Pero entre ellos y él, los trabajadores del cemento, los trabajadores de las carretillas elevadoras y el intelectual, Peter Handke no levanta barreras. Es el lenguaje vibrante, poético y ardiente del autor el que teje una red reconciliadora. Es ella quien iguala a hombres y mujeres, y en esta magnífica pieza, el trabajador y el cajero del supermercado hablan el mismo idioma que el intelectual. Diálogos, monólogos, canciones, poesías representan una musicalidad fraterna, a veces violenta, siempre apasionada.
De pueblos a ciudades
@Christophe Raynaud-De-Lage
Sébastien Kheroufi creció entre los barrios obreros de Hauts-de-Seine y las casas parisinas de Emaús. Transportado por el lirismo social y político de la pieza, la traslada del campo centroeuropeo de los años 1960 a las ciudades que rodean las capitales francesas de hoy. El espacio escénico es una isla de hormigón, ocupada por una casa en forma de cubo transparente, llena de literas y sacos blancos llenos de arena. Es un espacio abandonado, al igual que sus habitantes. Es una isla de soledad y resignación sobre la que cantan jóvenes trabajadores y mujeres de sonrisa cansada. Desde el principio se habla de árabe y francés. Sébastien Kheroufi interpreta a Hans, el heroico trabajador, emperador de la miseria y del coraje. El director y el actor toman el texto de frente, lo enrollan en alquitrán y lo hacen brillar a la luz. Su hermano Gregor permanece en las sombras, observando este cráter de humanidad donde cada uno dice la palabra correcta, sea cual sea su rango.
La estrella Ana Álvaro
@Christophe Raynaud-De-Lage
En medio de una multitud de figurantes que son los verdaderos habitantes de las ciudades, aparece la actriz Anne Alvaro, entre los árboles de un cementerio del que dibuja el círculo solar. Sacerdotisa marrón de ojos negros ardientes, bruja de la tragedia shakesperiana, inspirada por Cassandra, la actriz realiza el milagro de una encarnación poderosa y sencilla, la de una tragedia luminosa que cuenta el destino de los humanos. Al final del espectáculo, el rapero Casey (Nova), un formidable narrador con una energía volcánica y un aliento impresionante, aplasta nuestros sentimientos de desesperación y miedo en un monólogo con poder nietzscheano. ¡Apoyémonos, vivamos en nuestro cuerpo y mente, caminemos despacio y respiremos muy fuerte! Esta poesía vitalista despertaría a los muertos, la música poco a poco va desplegando su bajo hasta invadir el espacio. Como el renacimiento de la humanidad. Un éxito.
Helen Kutner