15.00 horas, en la guardería municipal de Auray. Es hora de un momento de tranquilidad. También es el final del servicio para Morgane Le Gallou, que este miércoles recibió a los niños a partir de las 7:30 horas. La joven de 30 años puede tomarse un tiempo para hablar de su trabajo, porque esta semana no está. llamar a la estación de bomberos.
“No me decepcionó en absoluto”
El día que surgieron las primeras preguntas de orientación en la escuela secundaria, Morgane Le Gallou, originaria de Brec’h, tuvo inmediatamente la certeza de que quería trabajar con niños. Después de realizar un concurso para convertirse en educadora, tomó el camino de convertirse en asistente de cuidado infantil. “No me decepcioné en absoluto. Estoy completamente realizada”, confiesa.
Realizar la conexión con los padres durante el periodo de adaptación. Estad atentos a los recién llegados que, desgarrados por el miedo al abandono, deben ser consolados. Cambiar pañales. Dale las botellas. Limpiar las narices que moquean. Realizar un taller de pegatinas… Los niños pequeños dan poco respiro a la veintena de trabajadores de la primera infancia que se turnan para trabajar con ellos. “Los padres nos dicen que les gustaría quedarse con nosotros. Creen que jugamos todo el día…”, sonríe Morgane Le Gallou.
“Una generación futura que vemos crecer”
“Creo que es fantástico estar en las primeras etapas de la vida de los niños. Es una generación futura a la que vemos crecer. Estamos allí para vigilarlos cuando sus padres están en el trabajo”, afirma este treintañero. Desde hace siete años en la multirecepción de Auray, la joven puede ocupar su puesto tanto con niños mayores que se preparan para ir al colegio, como con niños de secundaria y, ahora, junto a los bebés.
“Mi diploma me abre otras puertas. Mi intención es ir a trabajar al hospital en urgencias o en la sala de pediatría. Me voy a dedicar tres o cuatro años más de experiencia en una guardería antes de presentar mi solicitud porque me gusta la urgencia y la ayuda”, señala Morgane Le Gallou. Esta adrenalina es la que la llevó hasta las puertas del parque de bomberos donde hoy es sargento.
Una segunda vida como sargento
Morgane Le Gallou se vistió por primera vez cuando era adolescente y se unió a los jóvenes bomberos en 2007. En 2011, una vez superado su bautismo de fuego, firmó su primer contrato de bombero con el Servicio Departamental de Bomberos y Salvamento (Sdis).
Como voluntaria, sigue cinco días de formación al año para mantener sus habilidades. El servicio de guardia es una semana por mes desde el viernes a las 7 p. m. hasta el viernes siguiente a las 7 a. m., con servicio de fin de semana. “Cuando estoy de guardia, dejo mi trabajo para tener una segunda vida en el cuartel. Siempre logro organizarme. Cuando mi horario de multirecepción no se corresponde con las necesidades del centro de rescate, intercambio con otros voluntarios para que mis dos funciones sigan siendo compatibles”, concluye el sargento.