La actriz suiza, que tuvo éxito tanto en la televisión como en Hollywood, publica sus memorias en un tono modesto y sonriente.
Su acento derretiría los témpanos de hielo. Tiene una sonrisa en tecnicolor. Su talento es internacional. En Basilea, su ciudad natal, Marthe Keller quería ser bailarina. A los dieciséis años, un accidente de esquí destrozó su sueño. Adiós ejercicios de barra.
Los suizos de habla alemana los sustituirán por ensayos teatrales. Philippe de Broca la ve en una obra que representa en Múnich y le ofrece un papel en El diablo por la cola. Recita sus diálogos fonéticamente: no habla francés. El resto se sabe. Arséne Lupin, La doncella de Aviñón hacerlo popular. La “pequeña campesina Ovomaltine” cierra la puerta en la cara a un demasiado indiscreto Darryl Zanuck. Las entrevistas la aburrían. A los periodistas les cuenta tonterías, que su padre era alcohólico y que su madre los abandonó a ella y a su hermano.
La verdad, ella la reservaba para estos Memorias donde se trata principalmente de una cuestión de trabajo. Los amantes de los chismes quedarán decepcionados. Elsa Opel hombre maratón es modesto
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