La historia está anclada en los recuerdos de Fida Bizri, escritora y coguionista de la película, quien relata su infancia en un Beirut asolado por el conflicto. A través de sus ojos de niño, la guerra adquiere una dimensión irreal, casi abstracta, salpicada de pesados silencios y gestos mecánicos. Fida, interpretada en la película por una figura de plastilina manipulada sobre un modelo de Beirut, simboliza esta destrucción de la inocencia ante una realidad brutal.
Introspección
Ballyot construye su película a partir de un dispositivo atípico que mezcla imágenes de archivo, entrevistas con milicianos, testimonios civiles y reconstrucciones en miniatura. El modelo se convierte en un teatro de la memoria donde los actores reales y simbólicos de la guerra reaniman sus recuerdos. Los gestos repetitivos, casi catárticos, de los ex soldados moviendo figuras reflejan su incapacidad para verbalizar el alcance de su experiencia. Las palabras, aunque imbuidas de sinceridad, muchas veces parecen insuficientes para expresar lo inexpresable.
Es sorprendente el contraste entre la inocencia del niño y la brutalidad de los adultos. Fida, al hacer preguntas directas a los milicianos, obliga a confrontar sus acciones y sus justificaciones. Este niño, una vez fascinado por la trivialización de la muerte, se convierte en un adulto en busca de respuestas simples pero profundas sobre la locura humana.
Emoción
Línea Verde trasciende la simple crónica histórica para cuestionar a la humanidad en sus contradicciones. La guerra, en todo su absurdo, se destaca a través de las historias fragmentadas de los protagonistas. Ballyot capta con desgarradora precisión las miradas apagadas, los gestos vacilantes y los silencios pesados. Estos momentos revelan que, a pesar de las décadas que han pasado, nadie sale ileso del conflicto.
Al mezclar realidad y ficción, Línea Verde No busca dar respuestas definitivas, sino abrir un espacio de diálogo y reflexión. El uso del cine como herramienta de la memoria es central: revisitar el pasado no es un acto de nostalgia, sino una forma de comprender y exorcizar fantasmas.
Con Línea VerdeSylvie Ballyot ofrece una obra sensible y profundamente humana. A través de la historia de Fida, nos invita a mirar más allá de las fronteras visibles e invisibles para cuestionar lo que nos une y nos separa. Una película conmovedora y necesaria, que nos recuerda que las cicatrices de la infancia son también las de un mundo en busca de sentido.