Lo canta a los veinte minutos de concierto y lo tiene. “Fiebre”. Olivia Ruiz estuvo enferma en cama hasta hace poco, pero deseaba asegurarse su reencuentro con “Krakat'” de Mérignac, tras un paréntesis discográfico de ocho años, ocupado por creaciones de danza y literatura. “Devoré sus dos libros, es ella también”, respira Séverine, de 45 años, de Pessac, una más que la chica “en formato llavero” que se presenta como sus cinco músicos, con la cabeza enterrada bajo un fondo azul. Capucha para una poderosa “Pachamama”.
Además de este último, la autora-compositora presenta este martes 26 de noviembre otras seis piezas de su nuevo disco “La réplica”, título que cierra una hora y media de gran sonido y dulzura. Las soleadas raíces de España, la sensualidad, los exilios y la solidaridad siempre en el centro de sus títulos. Todo ello con música renovada por acertadas texturas electro.
Después de los imprescindibles “Crêpes de champiñones” del segundo álbum que la hicieron estallar hace casi veinte años, recuerda que en la sala la asociación SOS Méditerranée espera apoyo, que “el exilio forzoso nos afectará a todos quizás algún día”, que crece en nosotros la acogida de la diferencia antes de continuar con “A ti”, otra novedad.
libre
El espectáculo es cuadrado, apretado, casi demasiado. Pero cada canción es un viaje; la de una mujer libre y precursora de las revoluciones actuales, haciéndose responsable de su cuerpo, de sus deseos incluso en el clientelismo risueño hacia sus músicos. El niño que dejó “para cuatro horas” está en el centro de la canción “Le sel”. Se miman los dos discos insignia “La femme chocolat” y “Miss Météores” (2005 y 2009), desde los telúricos “Quijote” y “Split The Devil” hasta el siempre delicioso y acústico “J’raie des pieds”.
Lamentamos la ausencia de canciones del primer álbum (“J’aime pas l’amour”) pero eso no importa: a pesar de la crisis, Olivia Ruiz cumple. La nieta de inmigrantes que huyen de la dictadura franquista encarna con energía, naturalidad y obviedad una Francia mestiza y una tierra acogedora. Se anima un poco.