Durante su matrimonio con el príncipe Carlos, la princesa Diana tuvo una aventura de cinco años con su maestro de esgrima, James Hewitt. A sus 66 años, este último habla en particular de los persistentes rumores que le acusan de ser el padre biológico del príncipe Harry.
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En noviembre de 1995, la princesa Diana concedió una entrevista televisiva al periodista de la BBC Martin Bashir, que posteriormente no sólo cambió su vida, sino que también sacudió a la monarquía británica hasta sus cimientos.
Durante la entrevista, Lady Di admitió haber tenido un romance con James Hewitt, su instructor de equitación. “Sí, lo amaba. Sí, estaba enamorada de él. Pero me sentí terriblemente decepcionada”, confió la princesa.
“Me convertí en el hombre más odiado del mundo”
James Hewitt, ahora involucrado en obras de caridad en Ucrania, recuerda esa época como un infierno mediático. En una entrevista con The Sun, dijo: “Me convertí en el hombre más odiado del mundo después de la entrevista con Diana”.
El romance entre Diana y James Hewitt, ocurrido en los años 1980, alimentó las especulaciones, en particular por el parecido físico entre el hombre de 66 años y el príncipe Harry: ambos son pelirrojos. Pero el ex oficial de caballería del ejército británico precisa que conoció a Diana por primera vez en 1986, dos años después del nacimiento de Harry en 1984. Lo que descarta cualquier posibilidad de que sea el padre biológico de Harry.
A pesar de las repetidas negaciones, los rumores sobre su paternidad continuaron circulando a lo largo de las décadas. Incluso hicieron que el Príncipe Harry cuestionara su veracidad.
PIEDRA CLAVE
“Me arrepiento de no haber tenido una existencia más normal”
James Hewitt lamenta hoy que esta polémica, asociada a su imagen de “mujeriego”, le haya impedido llevar una vida normal. Cuando se le pregunta sobre los motivos de su celibato, explica: “Dada mi carrera, las pruebas por las que he pasado y mi reputación como el hombre más odiado del mundo, resulta obvio”. Antes de continuar: “Lamento no haber tenido una existencia más normal: un matrimonio exitoso e hijos”.
James Hewitt también ha tenido que superar graves problemas de salud, incluido un derrame cerebral en 2017, seguido de una cirugía a corazón abierto.
Hoy está dedicado a su misión humanitaria, habiendo pasado los últimos dos años participando en misiones arriesgadas en Ucrania. “Siento que me han dado una nueva oportunidad de vida. Ahora tengo que intentar ser un poco mejor y más útil”.
