La mitad de los consultorios privados de enfermería prevén cerrar por falta de rentabilidad

La mitad de los consultorios privados de enfermería prevén cerrar por falta de rentabilidad
La mitad de los consultorios privados de enfermería prevén cerrar por falta de rentabilidad
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CILEC, el Colectivo de Enfermeras Liberales Enojadas, nació después de Covid, de la consternación de una profesión cuyos precios no han aumentado desde hace quince años. A esta “ira financiera” se suma una verdadera amargura, derivada del deterioro de las condiciones laborales: las enfermeras que habían ganado una nueva autonomía durante la crisis sanitaria ven nuevamente reducido significativamente su margen de maniobra.

Gaëlle Cannat trabaja cerca de Aix en Provence, en una ciudad rica, explica esta joven de pelo largo y rizado. Ese día tomó el tren de las 5:30 de la mañana para reunirse con su colega Alexandra Veyret del área de Grenoble e ir a París para “hablar” en nombre de todos sus colegas.

Estas mujeres, dicen, ya no quieren que les confisquen su voz. Así, junto con otros grupos sanitarios, más antiguos y de mayor renombre (los Colectivos Inter Hospitalarios, Inter Urgences o Santé en peligro) están aquí, a las puertas de la Puerta de Versalles, donde se celebra la gran SantExpo. Varios pabellones del Centro de Exposiciones celebran, en estos lluviosos días de mayo, los cien años de la Federación Francesa de Hospitales. Esta centenaria red de influencia reúne a directores de hospitales y tradicionalmente recibe, durante esta misa mayor anual, la visita de los ministros encargados de Sanidad.

Disponer de un stand y una sala dentro de SantExpo para exponer -está bien elegida la palabra- sus reivindicaciones, habría costado a cada colectivo 3.500 euros. Así que se reunieron para sentarse en el bar de enfrente y convocar allí a la prensa. El bonito rincón puesto a su disposición le costó a cada grupo veintiuna veces menos, dicen en broma los activistas, que un stand en la SantExpo. Además, los periodistas invitados pagan su café en efectivo en el bar.

El tono de la conferencia, sin embargo, es menos ligero de lo que sugiere esta introducción. Hay peligro en el hospital, afirma cada una de las corporaciones. Y para las enfermeras liberales, que trabajan desde casa, la profesión corre incluso “peligro de muerte”, según su diagnóstico colectivo.

Y para explicar cómo nació el movimiento Angry Nurses sobre los escombros de Covid. Gaëlle y luego Alexandra vuelven a los objetivos del Colectivo:

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“Pensábamos que nuestra profesión evolucionaría, pero nos topamos con un muro”.

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El es

En primer lugar, los precios están congelados desde 2009, lo que, en tiempos de alta inflación, se vuelve insoportable. Peor aún, añaden Gaëlle y Alexandra, desde hace varios meses la seguridad social les reembolsa incluso menos que antes los trámites más “difíciles” que aceptan realizar en casa.
Autopsia del malestar creciente.

Atención mal remunerada, que excluye a los más vulnerables

Por tanto, asistimos a dos enfados que se yuxtaponen, afirma Alexandra: “ira humana, porque no hemos sido apoyados y tenemos la impresión de ser despreciados por el gobierno. Y enojo financiero: debes saber que hay enfermeras que rechazan ciertos cuidados porque les cuesta dinero“Ante esta reducción de sus ingresos, algunos profesionales se ven obligados, explican Alexandra y Gaëlle, a dejar de tratar a determinados pacientes.

Alexandra Veyret explica:

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Es necesario elegir entre los pacientes aquellos que sean más rentables.

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Recientemente se han “empaquetado” ciertos procedimientos de enfermería. Es el caso, por ejemplo, de la atención a las personas más dependientes. Pero estos nuevos paquetes son menos ventajosos que el antiguo sistema. Hasta el punto de que las enfermeras -que aceptan, por ejemplo, cuidar a un paciente en cuidados paliativos en su domicilio- han perdido más de 3 euros al día con el nuevo baremo de reembolso. Es el momento álgido de la protesta, Alexandra, seguida de Gaëlle:

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“Me gustaría saber qué profesionales sanitarios vieron bajar sus precios en 2023. ¡Somos los únicos!”

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Una profesión que ha perdido autonomía desde el Covid

Gaëlle y Alexandra querían creer que habría un “mundo después” de la crisis sanitaria porque, durante la pandemia, su profesión supo “ hacer muchas cosas. Teníamos derecho a hacer pruebas de antígenos, teníamos derecho a vacunar. Todo esto sin receta, lo cual era normal porque hay muchas cosas que sabemos hacer”. dijo Gaëlle. Pero luego, en lugar de ver que su profesión evolucionaba hacia una mayor autonomía, las enfermeras experimentaron el regreso a statu quo ante. Tuvieron que volver a trabajar desde casa bajo la supervisión de médicos, aunque creen que tienen las habilidades para ocuparse de ciertos cuidados como parte de su “propio rol”. Recuerde que la profesión está estrechamente regulada por el Código de Salud Pública: a cada acto autorizado se le asigna un precio, se negocia con el seguro médico y se especifica sistemáticamente si el enfermero puede tomar la iniciativa de este acto o debe realizarlo a petición de un doctor.

Sin embargo, el “papel adecuado” que se concedió a las enfermeras en 1978 no se reconoce realmente en casa. La profesión necesita evolucionar urgentemente, afirman los activistas. Y eso sería justo, porque confirmaría una realidad sobre el terreno. Gaëlle Cannat, seguida de su colega Alexandra:

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“Puedo ver que alguien tiene una herida y derivarlo al médico”.

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Ahora las enfermeras liberales esperan negociar con el seguro médico. Se reunieron con el Ministro Delegado encargado de Sanidad en abril, después de su manifestación en París. Frédéric Valletoux prometió que habría cambios. Que se reafirmaría su papel adecuado. Y que las negociaciones arancelarias iban a comenzar en otoño. Pero Gaëlle y Alexandra quieren tener cuidado. Recuerdan que, por supuesto, su propio rol existe desde 1978, pero sobre todo que hoy no se jubilan hasta los 67 años:

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Queremos legitimar aquello para lo que fuimos formados y lo que practicamos a diario, afirma Alexandra.

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Aún no se conoce el calendario de negociaciones, pero Frédéric Valletoux habló del otoño. Las enfermeras esperan especialmente que los precios aumenten para Navidad. Más que un regalo, sería un reconocimiento bien merecido, afirman los activistas. De lo contrario, afirma también su colectivo, el 58% de las consultas podrían cerrar en los próximos meses. Este es el resultado de una encuesta realizada entre enfermeras liberales que CILEC pudo consultar. Para Alejandra “Estos cierres no son una amenaza. Estos ya son una realidad“.

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