“La ola” de Dennis Gansel

“La ola” de Dennis Gansel
“La ola” de Dennis Gansel
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Desde hace tres años tengo la oportunidad de venir aquí para hablar de cine, o más precisamente de emoción, de personaje, de metáfora, de trayectoria… Intentando encontrar un eco con la realidad y tratando de darle una apariencia de significado. . Estoy convencido de que eso es lo que hacen las películas de ficción: hacernos pensar en nosotros mismos explotando el poder de nuestras emociones.

Y eso es lo que debió decirse Dennis Gansel a principios de los años 2000, cuando vio surgir en su país movimientos neonazis al mismo tiempo que el escepticismo sobre la idea de que esta ideología algún día pudiera volver al poder en Alemania. ¿Cómo abordar el tema a través de la emoción?

Dennis Gansel decide adaptar al cine un experimento realizado por Ron Jones, un profesor estadounidense que, a finales de los años 60, decidió montar un taller bastante especial en su clase del instituto. Básicamente, al retomar cada uno de los atributos de una autocracia y pedir a los estudiantes que los apliquen en el curso, observa la implementación de una especie de juego de rol de tamaño natural que capta el entusiasmo de los estudiantes.

La película se llama “La Ola”, se estrenó en 2008… y es terroríficamente actual.

Luego viene la idea de un traje común, básicamente un uniforme (um), luego un nombre, un logo y finalmente, un gesto “mímico”, el de una ola poderosa, fuerte, que recorrerá todo el país.

Pero lo más preocupante no son tanto las inquietantes similitudes entre la teoría de una película de 2008 y nuestra actualidad como la exactitud de una historia que nos hace sentir cómo decenas de personas, desde estudiantes hasta profesores, encuentran su beneficio en la modelo autocrático.

Júbilo por pertenecer a un grupo excepcional, tranquilidad ante la idea de compartir una ideología simple, común y sin matices, denigración del diferente para justificar su exclusión…

El movimiento La Vague rápidamente se afianzó y se extendió, hasta perder el control: para el grupo nos atrevíamos a todo y, para la causa, la violencia física se volvió tolerable.

Si, en el contexto de un taller escolar, un profesor responsable puede, con una orden, detener la máquina, es difícil imaginar qué político, imbuido de poder por naturaleza, podría hacer retroceder el tiempo.

Por la fuerza de las circunstancias, “La Ola” se convirtió en una película de utilidad pública.
Hay que mostrárselo a todos los que dicen que hay que intentar ver, a todos los que piensan que la historia no puede repetirse, a todos los que toleran que, poco a poco, se vayan erosionando nuestras libertades de decir, de reír, de reír. para hacerle cosquillas a lo prohibido.

Así que el 9 de junio, aunque haga un tiempo magnífico… no dudes en votar.

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