Para filmar el trabajo de este anciano y de su sobrino Laurent durante la trashumancia de sus ovejas, el septuagenario ascendió 2.000 metros. “Sin la motivación de la película no sé si no habría tirado la toalla”, admite.
personajes emocionantes
“Hay toneladas de documentales sobre la trashumancia. Lo que cuenta esta película es sobre todo la transmisión de conocimientos ancestrales, de una pasión entre dos montañeses puros y duros. » Durante el rodaje, Bernard quedó marcado por “la riqueza de conocimientos empíricos del pastor, esta mina de sabiduría que no se aprende en la escuela”. Cómo cortar un palo, cómo reconocer el aviso de lluvia en una oveja que se sacude… Son estos detalles de una práctica pastoral en peligro los que transpuso a la pantalla.
“Nosotros, los aficionados, nos centramos en personas que no interesan a los cineastas institucionales. »
Los dos héroes asistirán al estreno este viernes por la noche, “encantados de que nos interese su historia”. Tras la proyección, debatirán con los espectadores, que se espera que sean numerosos. De hecho, las películas de Bernard están acostumbradas a las salas llenas. Modesta, esta originaria de Marmande evoca suerte y efecto local. “Nosotros, los aficionados, ponemos el énfasis en personas que no interesan a los cineastas institucionales”, añade.
El éxito de este autodidacta también se explica por su trabajo. Detrás de escena de los sesenta minutos de película, hay 300 horas de montaje. Bernard quiere que los espectadores abandonen sus asientos “felices de haber descubierto estos personajes, bellas imágenes de este valle de Aure y la pasión de estos pastores”.