En la última década, Raphaël Gagnon se balanceó junto a Rihanna y Véronic Dicaire, compartió escenario con artistas del Cirque du Soleil e incluso llegó a la semifinal del espectáculo. Revolución. Pero hoy es una nueva identidad la que revela con el lanzamiento de un primer álbum: ROSSO. Y su pop con acentos electrónicos es inequívoco: la pista de baile nunca está lejos.
Desde que tiene memoria, Raphaël Gagnon siempre ha estado inmerso en la música. Si el pop de Britney Spears, Janet Jackson y Madonna de su infancia lo empujó hacia las clases de baile, también despertó –lento pero seguro– una pasión afín por la canción. Pero éste iba a tardar un poco en florecer por completo.
Finalmente fue hace unos años, durante la gira mundial. Voces de Véronic Dicaire, que la bailarina finalmente sucumbió a la llamada del micrófono.
“Estar rodeada de Véronic y sus músicos realmente me hizo querer cantar e interesarme por la producción musical. Entonces cuando llegó la pandemia tuve tiempo de escribir, de crear canciones. Quería añadir esto a mi caja de herramientas para expresarme, como hago con la danza”, confiesa Raphaël Gagnon en una entrevista con Diario.
Alter ego musical
De sus composiciones nace Rossomodo, su alter ego musical que toma la iniciativa a la hora de cantar. Un personaje con una estética visual distintiva –y una exuberancia que recuerda al arte del drag– que otorga a Raphaël Gagnon total libertad para ser “quién [il] quiere sin tener que disculparse por ello.
Lo pudimos vislumbrar en el escenario de Fierté Montréal, que compartió con Mitsou el verano pasado. Pero hoy despliega todos los colores y matices en ROSSOun primer álbum lanzado hace unos días. El cantante de 29 años celebra las cicatrices que le dejaron los veintes, presentándolas a través de 10 temas inspirados en rupturas, veladas de borrachera o momentos de éxtasis vividos entre amigos.
“Sé que tengo un fondo diferente, viniendo del mundo de la danza, y quiero intentar ver eso como una fortaleza y no como una debilidad. He actuado toda mi vida, sé cómo llamar la atención cuando actúo. Y quiero que eso se refleje en mi música. Me gusta la idea de permitir que la gente baile canciones que traten temas que pueden ser más pesados”, dice.
¿El próximo ícono LGBTQ?
Y aunque a Raphaël Gagnon no le gustan las etiquetas, acepta la de queer, aunque sólo sea para servir de modelo a la gente de la comunidad LGBTQ. Porque sabe muy bien que los modelos masculinos queer –y totalmente asumidos– no son legión en la escena musical de Quebec. Mientras Troye Sivan, Adam Lambert, Orville Peck y otros Lil Nas X brillan en la escena internacional.
“Existe en todo el mundo, entonces ¿por qué no podría existir aquí, en Quebec?” soltó.
En efecto. ¿Por qué no?
El álbum ROSSO está actualmente disponible.