(Agencia Ecofin) – El mundo entero siente pasión por el manga, un formato narrativo japonés que evolucionó a partir del cómic para imponerse en el cine, los videojuegos y muchos otros géneros culturales. África podría haber tenido este impacto con sus famosos cuentos.
En 2022, la UNESCO y Netflix lanzaron un concurso para transmitir en la plataforma de streaming 6 cortometrajes basados en cuentos africanos. Es una de las pocas iniciativas que ha destacado la narración de historias en las industrias culturales y creativas africanas. Un formato que, no obstante, podría haber sido el catalizador del progreso africano en este ámbito.
De hecho, la historia es por naturaleza el formato identitario de la narración específica de África. Presente en la gran mayoría de los pueblos y culturas del continente, su narración ha contribuido fuertemente a su excelencia en diversos campos. Los cuentos, por ejemplo, influyeron fuertemente en “El deber de la violencia”, el primer premio Renaudot ganado por un africano, el maliense Yambo Ouologuem, así como en la música de su compatriota Ali Farka Touré, uno de los primeros africanos galardonados con el Grammy. Premios.
La influencia de los cuentos es perceptible en varias películas y libros del senegalés Sembene Ousmane, uno de los padres de la literatura y el cine africanos. “Kirikou and the Witch”, la película de animación de inspiración africana más famosa del mundo, y “Aurion, el legado de los Kori-Odan”, el videojuego Action-RPG del estudio camerunés Kiro’o Games, están inspirados y /o presentados como cuentos.
El niño Kirikou y la bruja Karaba de la película de animación de Michel Ocelot (1998), inspirada en un cuento africano
Está también el ejemplo de los griots, famosos bardos africanos especializados en relatos históricos y epopeyas significativas de los pueblos negros. Sin embargo, sorprendentemente el formato ha caído en el olvido en la creación africana, a pesar de su evidente contribución y su inmenso potencial. Una paradoja en un momento en el que la autenticidad y la singularidad de los formatos son activos de venta al alcance de una África que invierte cada vez más en sus industrias culturales.
Al igual que el manga, el drama coreano, el Wuxia chino y muchas otras tendencias, incluido el spaghetti western, el cuento africano tiene su carta que jugar en todas las áreas de las industrias creativas. Por el momento, regresa tímidamente al primer plano gracias a los podcasts. Centrado en la oralidad, este formato le permite revelarse en toda su esencia.
Suficiente para esperar que la literatura, el cine, los videojuegos y otros sectores de las industrias creativas y culturales se den cuenta y se reapropien del cuento. En un momento en que muchas iniciativas intentan promover las historias africanas, dejar de lado la principal forma de narración del continente parece eminentemente ilógico.
Servan Ahougnon
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