lo esencial
Dos socios de Bagné, Paco Chougi y Emmanuel Baverey, se embarcan en una aventura que combina la bistronomía con los pioneros de Aéropostale.
Cerrado desde hace varios años, el restaurante del aeródromo de Laloubère finalmente volverá a la vida gracias a dos socios de Bagné, amigos desde hace mucho tiempo. Paco Chougi, de 32 años, conoció a su futuro socio, Emmanuel Baverey, cuando tenía 14 años, cuando hacía sus prácticas de 4º de primaria en su restaurante, La Fontaine, toda una institución en la ciudad balnearia. Nació una amistad. “Emmanuel se convirtió en mi mentor, mi segundo padre.
Desde pequeña quería cocinar y él fue quien me apoyó en mi proyecto profesional. Como era buen estudiante, me aconsejó hacer el bachillerato en tecnología hotelera y continué con un BTS y luego con una licencia de gestión profesional en gestión hotelera y de restauración”, cuenta Paco al que le gusta cultivar “su lado ambidiestro en la cocina y en la cocina”. comedor “.
Para ampliar sus horizontes culturales y profesionales, el joven decidió vivir en Londres durante cinco años, de 2015 a 2020. “Allí descubrí el mundo de la coctelería y una vez que mi inglés mejoró, pude gestionar varios bares y restaurantes.
A su regreso, planea volver a iniciar un negocio con su hijo mayor de 18 años. “Desde pequeña pasaba por delante del aeródromo de Laloubère donde admiraba el ballet de los aviones. Es un lugar mágico que siempre me ha hecho soñar. Cuando visitamos el edificio (propiedad de la Cámara de Comercio y de Industria), Nos enamoramos de su terraza panorámica con vistas a los Pirineos, es uno de los lugares más bellos de la región. Pero como los trámites administrativos tardaron más de lo esperado, nos hemos hecho cargo de otro negocio en Bagnères. Bar-pub de estilo inglés “Au Pas Sage”.
Decoración original y chef estrella.
Para “contar la historia” de la memoria de este lugar y de los pioneros de la aviación, decidieron llamar a su restaurante L’Aéropostale. Los dos socios respetaron el alma del lugar, una antigua torre de control de estilo art déco, aportando su toque personal con una decoración deliciosamente retro de los años 30, de la empresa bagnérese Un air de renouveau.
En la parte trasera del restaurante, un fresco gigante del pintor de Alta Saboya François Gevaux “el mejor amigo de mi pareja”, que representa al Bagnérais Pierre-Georges Latécoère, hipnotiza.
En el plato, Paco Chougi pretende “combinar la tradición bistronómica con productos locales e influencias de otros lugares”, lo que llama “una cocina tradicional revisitada, con influencias de todo el mundo”. Para ello, los dos socios han contado con los servicios del chef alsaciano Rémi Weisrock, que ya ha trabajado en varios restaurantes con estrellas, entre ellos el Bernard Loiseau.
Por su parte, Paco Chougi ofrecerá “cócteles de la casa” para aprovechar la zona VIP de arriba y por supuesto la terraza panorámica con vistas al Pirineo. “También pretendemos desarrollar la parte de seminarios, grupos, cumpleaños y eventos”. Apertura prevista para noviembre.