El año 2025, designado por las Naciones Unidas como el año de la ciencia y la tecnología cuánticas, marca un punto de inflexión en la evolución de la dinámica global. El mundo navega en un entorno de incertidumbres económicas, políticas y tecnológicas.
Tras las elecciones de noviembre pasado, Estados Unidos dio un brusco giro hacia el proteccionismo. El enfoque en la política exterior comercial, sumado a la inestabilidad geopolítica y los rápidos avances en inteligencia artificial (IA), presagia un año de cambios significativos.
Los acontecimientos en Estados Unidos tendrán un efecto significativo en los administradores de patrimonio y los clientes en Europa, creando oportunidades y desafíos para los profesionales de la gestión y los inversores. Estas son las tendencias clave que definirán el próximo año.
Un liderazgo mundial en mutación
El próximo cambio en la política estadounidense corre el riesgo de fragmentar el comercio, debilitar las relaciones transatlánticas y reducir la vigilancia geopolítica. Para los actores internacionales, la necesidad de adaptar estrategias a este nuevo paradigma es urgente.
Las agitaciones políticas más amplias de 2024 reflejan niveles preocupantes de insatisfacción de los votantes en todo el mundo. A nivel mundial, los ciudadanos votaron por el cambio y los gobiernos ahora deben cumplir sus promesas. A esto se suman importantes elecciones en Alemania y la incertidumbre política en Francia. Europa no puede permitirse semejante debilidad en sus dos economías más grandes.
En 2025, el panorama político global seguirá siendo un delicado acto de equilibrio, que requerirá un estrecho seguimiento de las cambiantes dinámicas regionales, particularmente porque los puntos geopolíticos críticos de Europa del Este, Medio Oriente y Asia Oriental seguirán en crisis.
Un enfoque más comercial por parte de Estados Unidos podría alentar a las potencias opositoras a tomar medidas más audaces. Las consecuencias sobre el comercio, la seguridad y la inversión podrían desafiar la resiliencia global y obligar a las partes interesadas a prepararse para un orden global cada vez más inestable.
Implicaciones para la IA y la innovación verde
En 2025, la competencia entre Estados Unidos y China en IA se intensificará. La agenda de liberalización de Trump podría desempeñar un papel fundamental en la capacidad de Estados Unidos para mantener su ventaja tecnológica. Sin embargo, se debe encontrar un equilibrio entre la innovación y las preocupaciones sociales, como el uso ético de la IA y su riesgo de perturbar los mercados laborales. La posición dominante de Estados Unidos no sólo estimularía el crecimiento económico, sino que también fortalecería las capacidades militares en un entorno global más competitivo.
Si bien la inflación ha disminuido en la mayoría de los países desarrollados, persisten los problemas fiscales, particularmente en Estados Unidos. Las ambiciosas propuestas de recorte de impuestos de Trump, junto con sus promesas de recortar el gasto federal, pondrán a prueba los límites de la política económica y podrían impactar la política de recorte de tasas de la Reserva Federal en 2025.
Además, el vasto movimiento de desregulación de la nueva administración, que abarca desde la aprobación de medicamentos hasta la contratación pública, tendrá como objetivo racionalizar el sector público y acelerar la adopción de tecnologías. La capacidad de estas reformas para estimular el crecimiento sostenible o exacerbar los desequilibrios fiscales dependerá de su implementación y de las condiciones económicas generales.
El liderazgo de China en tecnologías “limpias” continúa influyendo en el panorama energético mundial. Los rápidos avances en energía solar, almacenamiento de baterías y vehículos eléctricos no solo están ayudando a abordar los desafíos climáticos, sino que también se están convirtiendo en un elemento central de influencia geopolítica.
El nuevo enfoque estadounidense podría centrarse menos en la sostenibilidad y más en la liberalización para acelerar la innovación. Si las reformas se implementan de manera efectiva, las de áreas como la energía, la biotecnología y la inteligencia artificial podrían fortalecer la competitividad de Estados Unidos.
Para concluir, 2025 promete ser un año de cambios considerables. Una de las principales lecciones de los últimos años es la imprevisibilidad que hoy es una constante a nivel global. La agilidad será fundamental.
En esta era de incertidumbre, la resiliencia y la anticipación serán las claves para transformar los riesgos en oportunidades y prosperar en un entorno global en constante cambio. Quienes adopten estos principios no sólo capearán las tormentas que se avecinan, sino que emergerán más fuertes y mejor posicionados para el éxito a largo plazo.