doEsa era la pregunta previa al partido. ¿Cuál sería la defensa alineada por Bruno Irles en Granville, en ausencia del capitán Cédric Yambéré y de su sustituto Driss Trichard, ambos sancionados? Con el regreso de Adrien Louveau y la opción de incluir en el grupo a Nassim Ranem y Nama Fofana para compensar estas dos ausencias, el técnico del Burdeos podría optar por varias opciones. Los Rochefortais finalmente eligieron a Adrien Louveau-Jean Grillot como bisagra, además de Nathanaël Baï a la izquierda y Youssouf Assogba a la derecha.
Si esta defensa tuvo tiempo de entrar en juego antes de ser convocada, los dos centrales profesionales estuvieron presentes en los duelos y también en la anticipación. Si bien los dos hombres han podido jugar en posiciones que no eran originalmente suyas desde el inicio de la temporada (centrocampista defensivo para Louveau, lateral derecho para Grillot), han sido durante mucho tiempo una de las raras satisfacciones del Burdeos en este partido.
Complementario con Louveau
“Me sentí bien al lado de Adrien (Louveau). Ya habíamos jugado juntos contra Poiré-sur-Vie, así que teníamos algunos puntos de referencia. También había jugado con Youssouf (Assogba) a mi derecha, eso ayudó”, señaló Jean Grillot después del partido. Lejos de ser atractivo ofensivamente, el Burdeos, como suele ocurrir, tuvo el mérito de mantenerse sólido en defensa. A lo que Jean Grillot respondió: “No tenemos un juego en el que saquemos el balón desde atrás, preferimos confiar en Andy Carroll. El juego depende de él, eso es seguro. En comparación con los demás equipos, Granville jugó más alto, lo que no facilitó nuestra tarea”.
“Se siente bien encontrar la victoria nuevamente. Nos quedamos con dos derrotas, este poquito de mal fue principalmente mental”
Adrien Louveau, capitán por una noche, realizó una actuación muy sólida. Aportó el liderazgo inherente a su cargo. A su lado, el puro bordelés procedente del tardío centro de entrenamiento cortó algunas acciones calientes como el centro de Mohamed Guilavogui (minuto). Una actuación completamente correcta hasta el minuto 89 y este centro de Granville hacia Vincent Créhin.
“Lo toco un poco después de que dispara, así que parece que hay una falta. Tienes que ser honesto. Es frustrante crear un penalti y conceder un gol en ese momento”, admitió el joven de 19 años. Una pena que muchos consideraron injustificada pero por tanto muy real. Afortunadamente para él y para el Girondins, Nassim Ranem salvó los tres puntos del Burdeos en el último córner con un cabezazo tras un envío… de Adrien Louveau.
“Aunque sea difícil, es bueno volver a encontrar la victoria. Nos quedamos con dos derrotas seguidas y creo que este pequeño bajón fue principalmente mental. Lo que hay que recordar son los tres puntos abordados. A veces hay partidos complicados en los que hay que apretar los dientes. Aunque no hagamos un buen partido, lo más importante es el resultado”, insistió finalmente el que sigue siendo el último superviviente que ha conocido el mundo profesional bajo la camiseta marcada con el escapulario.