En la curva los esperaban Kent Hughes y Jeff Gorton. El tándem que, desde su llegada en noviembre de 2021, se ha embarcado en una audaz reconstrucción, se encuentra ahora ante un dilema que probablemente no previeron: un equipo ganador.
Sí, gana. Una palabra que no hemos asociado con los Montreal Canadiens desde hace tiempo, y menos aún en esta temporada donde todo parecía predestinado para otro capítulo de “paciencia y desarrollo”.
Pero ahora esa paciencia se está poniendo a prueba, ya que este equipo joven y luchador se encuentra ahora en la carrera por los playoffs.
Con un récord de 8 victorias y 2 derrotas en sus últimos diez partidos, el canadiense es simplemente el equipo más caliente de la Liga Nacional.
Incluso los Vegas Golden Knights, campeones defensores, tuvieron que inclinarse ante este grupo de jóvenes hambrientos.
Las estadísticas están ahí para demostrar que esto no es sólo una casualidad. El canadiense juega con intensidad, disciplina y, sobre todo, con una confianza que enciende el vestuario y la grada del Bell Center.
Pero este éxito inesperado trae consigo una serie de desafíos. Hughes y Gorton ahora deben hacer malabarismos con una agenda implacable, las crecientes expectativas de los fanáticos y una nómina que les ofrece oportunidades tentadoras.
¿Deberían convertirse en compradores en la fecha límite de cambios e intentar solidificar esa posición en los playoffs?
¿O deberían mantenerse fieles a su plan original y negarse a comprometer el futuro por una aparición potencialmente fugaz en los playoffs?
Aquí es donde las aguas se ponen turbulentas y cada decisión podría tener repercusiones importantes en las próximas temporadas.
La victoria en tiempo extra contra Vancouver anoche es un ejemplo perfecto. Los canadienses, que perdían 3-1 a mitad del partido, protagonizaron una espectacular remontada y finalmente ganaron 5-4 gracias a un gol de Nick Suzuki.
Lane Hutson, el joven prodigio de la brigada defensiva, marcó un gol crucial en esta victoria, un disparo que se desvió en el patín de Quinn Hughes y acabó en la red.
Este momento ilustra perfectamente lo que hace especial a este equipo: una mezcla de talento en bruto, suerte y un innegable espíritu de lucha.
Pero este éxito no está exento de nubes. Anoche se hizo sentir el cansancio acumulado tras un largo viaje desde varias ciudades, especialmente en el segundo periodo.
La energía del equipo parece brotar de cada rincón del vestuario. Jake Evans, por ejemplo, sigue destacando por su juego inspirado.
Incluso veteranos como Josh Anderson y Brendan Gallagher contribuyen, a pesar de estadísticas menos estelares.
¿Y Patrik Laine, cuyo impacto desde su regreso es innegable?
Con 10 puntos en 13 partidos antes de su gripe, inyectó una dosis de talento ofensivo que tanto le faltaba a este equipo. Aunque Laine no ha jugado los últimos partidos, su influencia sigue sintiéndose.
El éxito del equipo también recae sobre los hombros de Martin St-Louis, que bien podría estar en la carrera por el Trofeo Jack Adams este año.
Su capacidad para transformar un equipo en proceso de reconstrucción en un equipo competitivo es notable. “Hay una gran diferencia entre tener que comer, porque hay que comer, y luego tener hambre”. dijo San Luis recientemente.
Y está claro que este equipo tiene hambre. La disciplina y constancia que exige a sus jugadores se nota en cada partido y los resultados hablan por sí solos.
Pero Hughes y Gorton saben que deben ser cautelosos. El éxito inmediato es estimulante, pero no debería producirse a expensas del futuro.
Con espacio en la nómina que podría permitirles hacer un gran movimiento en la fecha límite de cambios, la tentación es fuerte.
¿Pero a qué costo? Sacrificar selecciones de draft o perspectivas prometedoras para una aparición en los playoffs podría ser una apuesta arriesgada.
Por otro lado, ignorar esta oportunidad podría enviar un mensaje contradictorio a un equipo que cree en sí mismo.
Los medios de comunicación, incluso fuera de Canadá, están empezando a darse cuenta. “ No hay nada suave en lo que vimos anoche contra Vancouver »escribió Barstool después del partido. « Este equipo finalmente está jugando exactamente el tipo de hockey que esperarías de un equipo entrenado por esta amenaza. »
Este reconocimiento, aunque halagador, añade aún más presión sobre Hughes y Gorton para que tomen las decisiones correctas.
Mientras el canadiense continúa escalando posiciones en la carrera por los playoffs, Hughes y Gorton deben navegar estas aguas tormentosas con precaución.
Cada victoria fortalece la esperanza, pero también complica su misión.
¿Deberían aceptar este éxito inesperado y ajustar sus planes, o mantenerse fieles a su visión a largo plazo? Una cosa es segura: el camino hacia los playoffs está plagado de obstáculos, pero también lleno de promesas.
Para los aficionados, esta temporada ya es un éxito. Ver luchar noche tras noche a un equipo joven, talentoso y resistente es un espectáculo que recuerda los grandes años del canadiense.
Y si Hughes y Gorton pueden encontrar una manera de reconciliar el presente y el futuro, este equipo podría convertirse en una fuerza a tener en cuenta en los años venideros.
En este momento se están sumergiendo en aguas turbulentas, pero parece que nadan bastante bien.
Continuará