Martin St-Louis se ha convertido en su pesadilla

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Los Montreal Canadiens están redefiniendo su identidad.

Bajo las órdenes de Martin St-Louis, este equipo joven y dinámico se ha convertido en el equipo más rápido de la Liga Nacional de Hockey (NHL).

Esta transformación, que ahora hace estremecer a los oponentes, no sólo impulsa al CH a la carrera por los playoffs, sino que también coloca al St-Louis como favorito al prestigioso Trofeo Jack Adams, otorgado al mejor entrenador de la temporada.

El lunes por la noche, contra los Vancouver Canucks, esta identidad se mostró vívidamente. Alex Newhook, uno de los atacantes más rápidos del equipo, logró numerosos avances relámpago hacia la red contraria.

Aunque ninguna de estas oleadas llegó al fondo de la red, causaron estragos en la defensa contraria y generaron repetidas oportunidades.

Este estilo de juego rápido e incisivo empujó a los Canucks a reconocer la amenaza que representaba el canadiense. Tyler Myers, defensa del Vancouver, destacó la efectividad del CH en transición:

“Estaban entrando en nuestra zona con demasiada facilidad. Son buenos para reiniciar, tienen buenos atacantes que hacen jugadas de contraataque. »

Incluso el entrenador de los Canucks, Rick Tocchet, tuvo que admitir que la velocidad de CH complica la tarea de cualquier defensa:

“Son un equipo rápido. Tendrán velocidad en la línea azul. Sólo hace falta que uno o dos jugadores de la defensiva retrocedan, y luego es una reacción en cadena. »

Este reconocimiento, proveniente de los oponentes, muestra hasta qué punto la identidad del canadiense es esencial en la NHL. Y no es coincidencia. Es fruto de un trabajo metódico y paciente, orquestado por Martin St-Louis.

Desde su llegada al banquillo en febrero de 2022, St-Louis no ha dejado de subrayar que quiere construir una identidad clara para su equipo.

Este proceso, lejos de ser instantáneo, empieza a dar sus frutos. En rueda de prensa posterior al partido, explicó la importancia de este trabajo fundamental:

“Se necesita tiempo para construir algo. Hay tantas partes en el juego. No puedes venir y darles un manual y decir: “Lee esto, jugaremos así mañana”. Lo construyes gradualmente. »

Hoy, esta filosofía está bien arraigada. El canadiense juega con una intensidad y una velocidad que asfixia al rival.

Los reinicios rápidos y el uso óptimo de la transición se han convertido en elementos centrales del juego del CH, lo que le permite al equipo mantener la presión sobre sus rivales, incluso durante períodos difíciles.

Esta identidad clara y asumida se refleja en los resultados recientes del canadiense. Con una impresionante racha de victorias, el CH vive su mejor momento con Martin St-Louis.

Los jugadores adoptan plenamente el sistema implementado y los resultados hablan por sí solos.

Nick Suzuki, el capitán, destacó esta nueva dinámica tras la victoria ante Vancouver:

“Creo que mostramos más madurez, lo mantenemos simple, aprovechamos nuestras oportunidades. »

Esta sencillez, unida a una formidable rapidez de ejecución, se ha convertido en la firma del CH. Y esta firma no pasa desapercibida.

En toda la NHL, se habla de Montreal como un equipo en ascenso, capaz de competir con los mejores equipos.

Una de las claves del éxito del canadiense reside en el desarrollo de sus jóvenes talentos. Lane Hutson, Kaiden Guhle y Alex Newhook son sólo algunos ejemplos de jugadores que prosperan en este sistema rápido y fluido.

Estos jóvenes, apoyados por veteranos como Nick Suzuki y Cole Caufield, encarnan el futuro de CH.

Lane Hutson, en particular, ha brillado en los últimos partidos, sumando puntos cruciales y mostrando una confianza impresionante para un jugador de su edad.

Su juego de poder y su capacidad para leer las situaciones de juego son ventajas importantes para el equipo.

Ante esta espectacular transformación, no sorprende que Martin St-Louis sea visto ahora como el favorito al Trofeo Jack Adams.

Pocas veces un entrenador ha conseguido cambiar la percepción de un equipo tan rápidamente.

St-Louis no es sólo un estratega; es un verdadero arquitecto de la cultura.

Su enfoque basado en el desarrollo de jugadores y la implementación de un sistema claro y adaptable ha dado esperanza a los aficionados de Montreal.

Pero aún más, envió un mensaje a toda la NHL: los Montreal Canadiens están de regreso.

Con esta identidad bien definida y los resultados que siguen, el canadiense se ha metido en la carrera por los playoffs.

Lo que hace unos meses parecía inimaginable es ahora una realidad tangible. Los adversarios toman nota y los aficionados vuelven a soñar.

La identidad rápida y colectiva del CH no es sólo una receta para el éxito inmediato; es un modelo para el futuro.

Con una base joven y talentosa y un entrenador que sabe cómo maximizar las fortalezas de sus jugadores, el canadiense está bien posicionado para convertirse en una fuerza dominante en los próximos años.

Mientras tanto, Martin St-Louis sigue predicando paciencia y coherencia.

Pero una cosa está muy clara: este equipo, bajo su dirección, no dejará indiferente a nadie.

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