Fue un incisivo y contundente Dany Dubé quien habló tras el partido de los Canadiens contra los Blue Jackets, y el analista fue despiadado con sus palabras apuntando a Cole Caufield.
Este último, aunque reconocido como uno de los jugadores más talentosos y explosivos de los Habs, atraviesa un momento mental difícil, agravado por la creciente sombra de Patrik Laine.
Según Dubé, aunque Caufield ha conseguido 7 asistencias en sus últimos 6 partidos, ya no anota. (un gol magro en sus últimos 10 partidos).
Dubé está preocupado. Sobre todo porque Laine fue maltratada ayer, hasta el punto de abandonar el partido. De hecho, Caufield acumuló dos asistencias… pero aún no anotó ningún gol…
Y una multa costosa…
“Creo que las declaraciones de Patrik Laine antes del partido encendieron un poco las cosas. Los Blue Jackets, en el primer tiempo, tenían una misión”lanzó Dubé, quien afirma que las palabras del finlandés parecieron galvanizar a su equipo.
Una observación demuestra una realidad preocupante: el canadiense no supo responder con la misma intensidad.
Pero donde Dubé golpeó más fuerte fue al abordar el impacto directo de Laine en Caufield, tanto en el hielo como detrás de escena.
“Su ausencia en el juego de poder, aunque el canadiense no tuvo la oportunidad de desplegarlo muy a menudo, sentimos que se estaba viendo un poco. »
Caufield, acostumbrado a ser el centro de atención, ahora parece relegado al papel de pasador en una unidad donde Laine brilla como principal amenaza.
Para Dubé, este cambio afecta directamente a la confianza y a la moral del joven goleador.
“A pesar de las asistencias obtenidas por Caufield en los últimos partidos, el hecho de no marcar ya le afecta. Patrik Laine le afecta”, añadió.
Estos comentarios plantean una pregunta fundamental: ¿puede un jugador tan competitivo como Caufield realmente florecer en un rol secundario, cuando siempre ha sido visto como el motor ofensivo del equipo?
Pero Dubé no se detuvo ahí. También señaló el problema crónico de disciplina de los Canadiens, y esta vez fue Caufield quien tuvo la culpa.
“Siempre es lo mismo: los canadienses tienen un problema disciplinario. Es una penalización de más. Es de Cole.”dijo mordazmente.
Una observación difícil de digerir para un jugador que, a pesar de todo, sigue dándolo todo por su equipo. Pero la realidad está ahí: esta sanción cuesta, tanto en el marcador como en la imagen de un jugador ya debilitado.
Detrás de las sonrisas y las declaraciones fachada, está claro que Cole Caufield está atravesando una crisis mental.
Dany Dubé no duda en decirlo: el espectro de Patrik Laine se cierne sobre él y esta nueva dinámica le afecta profundamente.
La pregunta ahora es si Martin St-Louis y su cuerpo técnico encontrarán una solución antes de que esta situación deje cicatrices mentales en el atacante.
Porque si Caufield, un jugador excepcionalmente talentoso, comienza a dudar de su lugar en este equipo, las repercusiones podrían ser mucho mayores que unos pocos partidos perdidos.
En medio de la tormenta de dudas que rodea a Cole Caufield, el joven delantero mantiene la cabeza en alto. Fiel a su imagen de jugador positivo y unificador, sigue sonriendo y minimizando el impacto de la situación en su moral.
“Si Patrik puede seguir haciendo lo mismo, ¡no me importa en absoluto! “, dijo.
Dice estar contento por Laine, impresionado por su eficacia en la ventaja numérica.
“¡Es muy agradable verlo hacer así y estaré feliz de seguir dándole el disco si continúa metiéndolo en el fondo de la red! »añadió.
Pero detrás de esta sonrisa y de estas palabras alentadoras, es legítimo preguntarse si Caufield no está sacrificando parte de su identidad al reinventarse como pasador.
Desde su debut, Cole Caufield siempre ha sido un goleador. Puntuación es su ADN, su razón de estar en el hielo. Verlo alejarse de este rol plantea una preocupación muy real: la de verlo perderse en su propia mente.
Los marcadores naturales son creadores de instinto. No piensan demasiado, actúan. Al buscar adaptarse, convertirse en el pasador de Patrik Laine, Caufield corre el riesgo de romper la espontaneidad que lo convierte en uno de los jugadores más peligrosos de la NHL.
Así lo afirmó el analista Dany Dubé. Y tiene razón. Distorsionarse para satisfacer a Laine podría costarle caro a Caufield a largo plazo, no sólo en términos de estadísticas, sino también en términos de confianza.
Es normal que un jugador quiera adaptarse por el bien del equipo, pero ello no debe ser en detrimento de lo que le define. Caufield es un anotador puro y eso es lo que lo hace tan especial.
Si alguien debe inspirar a Cole Caufield, no es Patrik Laine, sino los grandes goleadores de la historia del hockey.
Aquellos que, sin importar las circunstancias, siempre han encontrado la manera de destacarse y dejar huella.
Caufield no debe desvanecerse detrás de Laine. Puede colaborar, ciertamente, pero nunca hasta el punto de perder su propia identidad.
Su contrato de ocho años y 62,8 millones de dólares es prueba de la confianza que la organización tiene en él, no como pasador, sino como rematador.
La sonrisa de Cole Caufield es sincera, pero no puede ocultar la realidad: un goleador sigue siendo un goleador. Si continúa reinventándose en detrimento de su rol natural, corre el riesgo de perderse y perder esa chispa que lo convierte en un jugador único.
Por ahora, la generosidad de Caufield es admirable, pero debe recordar que no tiene nada que demostrarle a nadie. El canadiense necesita su tiro, su estilo, su instinto.
Y, sobre todo, Cole Caufield debe permanecer fiel a lo que es: un goleador, un auténtico goleador.