La tensión estaba en ebullición tras las duras críticas de Dany Dubé a Martin St-Louis.
Anoche en 98.5 FM, el famoso analista de hockey expresó abiertamente su decepción por la decisión del St-Louis de no cambiar sus líneas en los entrenamientos, sugiriendo que el entrenador de los Canadiens Montreal carecía de audacia e imaginación para reiniciar la ofensiva de su equipo.
“En el entrenamiento, Martin no había hecho ningún cambio de línea nuevo. Lo digo con toda franqueza, estoy un poco sorprendido e incluso decepcionado. Creo que la puerta estaba abierta para dar oportunidades, tal vez realmente variar…
Porque, básicamente, los primeros seis atacantes siempre lidiamos con lo mismo… Son los mismos seis atacantes en rotación. Y realmente no tenemos producción ofensiva, excepto Suzuki y Caufield. Y cuando hablo de producción ofensiva, me refiero a consistencia en la producción. »
Palabras cargadas de significado, pero que, tras una contundente victoria por 6-1 ante los Buffalo Sabres, resuenan hoy como un monumental error de juicio.
Porque St-Louis no sólo se negó a ceder a la presión, sino que demostró a todos que su visión y su paciencia acaban dando sus frutos.
La victoria de esta noche no deja dudas: Martin St-Louis sabía exactamente lo que estaba haciendo.
Las líneas que decidió mantener no sólo funcionaron, sino que literalmente demolieron a los Sabres.
Patrik Laine, autor de un triplete, realizó una actuación espectacular que nos recordó por qué es uno de los mejores francotiradores de la NHL.
¿El punto de inflexión? La ventaja numérica del CH, que empieza a consolidarse como una de las más formidables de la liga.
Formada por Patrik Laine, Cole Caufield, Lane Hutson, Juraj Slafkovsky y Nick Suzuki, la primera unidad era simplemente intocable y acumuló tres goles esta tarde.
Cuando vemos a Lane Hutson orquestando el juego de manera tan brillante, a Suzuki dictando el ritmo y a Laine y Caufield jugando con los peligros en las afueras, entendemos por qué St-Louis no quería cambiar todo.
El triplete de Laine fue un gran arte.
Slafkovsky, a menudo criticado por su falta de regularidad, también anotó un gol y una asistencia. Esta noche, todo parecía encajar para estos jóvenes talentos, y St-Louis merece todo el crédito por haber confiado en su grupo a pesar de las dudas expresadas por muchos, incluido Dubé.
Dany Dubé, que denunció la falta de producción ofensiva del equipo, hoy debe comprobar lo equivocado que estaba.
Los atacantes a los que criticó por su falta de regularidad no sólo realizaron una actuación ejemplar, sino que también demostraron que podían dominar sin cambios drásticos.
El St-Louis, fiel a su estilo, no respondió directamente a Dubé en rueda de prensa. Pero su tono mesurado y su sonrisa torcida decían mucho de su sentimiento de satisfacción.
“Creo en el proceso. A veces se necesita un poco de tiempo para que las cosas encajen, pero esta noche vimos el fruto de nuestro trabajo”. dijo frente a los periodistas a sus pies.
Este comentario es claro: las decisiones del entrenador no deben estar dictadas por críticas externas, sino por una visión de largo plazo.
Con esta victoria, el canadiense demuestra que puede competir con los mejores equipos de la liga cuando todo funciona.
St-Louis tenía razón: no se trataba de alterar los tríos, sino de trabajar en los detalles y dejar que los jugadores encontraran su química.
La ventaja numérica, señalada durante mucho tiempo como una debilidad del equipo, ahora es fatal.
Y con talentos como Laine, Caufield y Hutson, a los oponentes les resultará cada vez más difícil contener esta unidad devastadora.
St-Louis 1, Dubé 0
Esta tarde, Martin St-Louis no sólo consiguió una contundente victoria contra los Sabres, sino que también envió un mensaje claro a sus detractores, en particular a Dany Dubé.
La paciencia y la calma en la tormenta, dos cualidades a menudo subestimadas en un mercado tan exigente como el de Montreal, están empezando a dar sus frutos.
Para Dubé, ha llegado el momento de reconocer su error esta noche y admitir que St-Louis tuvo razón desde el principio.
Para St-Louis, esta es una prueba más de que su enfoque basado en la confianza y la coherencia puede conducir al éxito, incluso en un entorno tan crítico como el de los Montreal Canadiens.
Esta tarde, la sonrisa de Martin St-Louis lo decía todo: el entrenador pastoral acaba de dar una lección magistral de liderazgo a su mayor detractor.