La derrota por 4-2 ante los Winnipeg Jets puede no tener la gravedad de una paliza por 9-2 contra los Penguins, pero ilustra una vez más las persistentes deficiencias del canadiense bajo la dirección de Martin St-Louis.
Y si los aficionados esperaban un poco de respiro, las críticas hacia él son cada vez más virulentas, incluso por parte de TVA Sports, la emisora históricamente más procanadiense.
Esta semana, Michel Bergeron, apodado “el Tigre”, intensificó su campaña contra el St-Louis, exigiendo su salida inmediata.
Para Bergeron, St-Louis nunca debería haber llegado al puesto de entrenador sin pasar por los pasos tradicionales, una opinión que recalca con su legendaria pasión:
“Es un tipo pipí. La NHL no es un lugar para aprender. »
Bergeron critica al St-Louis por no explotar todo el potencial de sus jugadores y a Kent Hughes por no haber establecido una estructura coherente.
Está particularmente indignado por decisiones que considera absurdas.
Según él, la situación actual va más allá de simples grietas en el hielo:
“No es sólo una cuestión de derrotas, es una cuestión de respeto a la organización y a la afición. St. Louis nunca ha demostrado que puede manejar a un equipo de la NHL. »
El legendario columnista Réjean Tremblay sumó su voz al concierto de la crítica. Fiel a su estilo incisivo, llamó a St. Louis un “facilitador pastoral”, frase que resume su desprecio por el enfoque paternalista y permisivo del entrenador:
“Los abrazos no hacen guerreros. St-Louis dedica más tiempo a poner excusas que a llevar a sus jugadores al límite. »
Tremblay cree que esta mentalidad “blanda” socava la competitividad del equipo:
“El esfuerzo es bueno, pero aquí sólo cuenta la victoria. Mientras St-Louis siga gestionando este equipo como centro de desarrollo, el CH no irá a ninguna parte. »
Las críticas no se detienen en St. Louis. Bergeron y Tremblay también apuntan a Kent Hughes y Jeff Gorton, a quienes acusan de perpetuar una cultura perdedora dentro de la organización, apodada el “Country Club”.
Para ellos, esta actitud impide que el equipo desarrolle una verdadera identidad.
Bergeron destaca especialmente la falta de competitividad de jóvenes talentos como Juraj Slafkovsky:
“Slafkovsky se estanca mientras Michkov y Cooley explotan en otros lugares. El canadiense no tiene una visión clara. »
Esta observación resuena entre sus partidarios, frustrados por la falta de resultados concretos a pesar de años de reconstrucción.
Un futuro incierto para Martin St-Louis
Para Michel Bergeron, los próximos cinco partidos serán cruciales:
“Si las derrotas continúan acumulándose, St. Louis no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir. »
Las repetidas críticas de figuras influyentes como Bergeron y Tremblay muestran que St-Louis camina sobre una línea cada vez más delgada.
Y si incluso TVA Sports, tradicionalmente favorable al canadiense, le da la espalda al entrenador, eso dice mucho de la urgencia de la situación.
La insistencia de Bergeron y Tremblay en el nombre de Pascal Vincent muestra un deseo colectivo de cambio.
Vincent, con su personalidad dominante y su probada experiencia, podría darle al canadiense una fuerte identidad, tanto en el hielo como detrás de escena.
Si St. Louis no puede cambiar las cosas rápidamente, su reinado terminará antes de lo esperado, y el grito de guerra por Pascal Vincent detrás del banco seguirá resonando en los medios y entre los fanáticos.
Los Montreal Canadiens ya no pueden darse el lujo de navegar por la vista. Es hora de tomar decisiones valientes para devolverle a este equipo la gloria que merece.
Y para muchos, esta decisión comienza con la sustitución de Martin St-Louis.
Mientras la presión aumenta sobre los hombros de Martin St-Louis y de la organización Montreal Canadiens, Michel Bergeron, el legendario “Tigre” de la NHL, parece ser una de las pocas voces lúcidas en el debate.
Burlado por algunos y tratado como anticuado, Bergeron toca sin embargo puntos esenciales que muestran la impaciencia y la frustración de sus seguidores.
Bergeron es mordaz en sus palabras al criticar la falta de identidad de los Canadiens, un defecto que atribuye tanto a Kent Hughes como a Martin St-Louis. En TVA Sports, pronunció una diatriba mordaz:
“¿Cuál es la identidad del canadiense? No pero… ¡Cero identidad! »
El tono de Bergeron, indignado y exasperado, demuestra un sentimiento compartido por muchos fans.
Para Bergeron, los problemas del CH no se limitan a la gestión de los jugadores sobre el hielo. Acusa a Kent Hughes de ser demasiado cauteloso en su gestión de la reconstrucción.
“Demasiados defensores en el organigrama, pocos delanteros, selecciones extrañas en el draft. Parece que tienen miedo de correr riesgos”.
La elección de David Reinbacher en el último borrador, en detrimento de Matvei Michkov, simboliza este enfoque conservador que Bergeron deplora.
Mientras Michkov acumula récords en la NHL y Cooley brilla en Utah, Slafkovsky continúa decepcionando en Montreal, encarnando la incertidumbre que rodea la visión a largo plazo de la organización.
Bergeron no oculta su pesimismo sobre el rumbo actual del canadiense:
La caída libre ha comenzado. La derrota por 9-2 en casa fue el principio del fin. La racha de cinco partidos fuera de casa podría ser fatal, sobre todo después de esta derrota en Winnipeg.
Con una serie de actuaciones mediocres y una clasificación que sigue cayendo, el CH parece condenado a terminar entre los últimos equipos de la liga.
Si bien esto podría brindar la oportunidad de seleccionar un talento excepcional como Matthew Schaefei, James Hagens o Porter Martone en el draft de 2024, Bergeron insiste en que una buena selección del draft no solucionará los problemas estructurales del equipo.
El veredicto de Bergeron sobre Martin St-Louis es despiadado. Según él, St-Louis no ha hecho los progresos necesarios para convertirse en un verdadero entrenador de la NHL.
“Martin St-Louis no está progresando en su aprendizaje como entrenador de la NHL. Esto es preocupante a largo plazo. »
Bergeron critica el hecho de que St-Louis nunca subió la escalera tradicional hacia el entrenamiento, pasando directamente del nivel infantil a la NHL.
Esta falta de experiencia da como resultado decisiones inconsistentes y una incapacidad para establecer una identidad clara para el equipo.
Aunque algunos se burlan de Michel Bergeron por su estilo extravagante, es difícil negar que toca algunos puntos sensibles.
La falta de identidad, la gestión conservadora de la reconstrucción y las decisiones inconsistentes de Martin St-Louis alimentan una creciente frustración entre partidarios y observadores.
Para Bergeron, Pascal Vincent es el hombre necesario para traer una mentalidad ganadora y una identidad fuerte a Montreal.
Con su experiencia, Vincent encarnaría la renovación tan esperada por la afición del canadiense.
Mientras tanto, Bergeron tiene razón en todos los aspectos: CH no avanza, ni en el hielo ni en su proceso de reconstrucción.
Los fanáticos merecen algo mejor que una organización que opera basándose en la amistad y es hora de que Kent Hughes y Jeff Gorton tomen decisiones valientes para cambiar el curso de las cosas.
El tigre ha rugido y esta vez sería prudente escucharlo.