Este joven no desaprovechó la más mínima oportunidad para abusar sexualmente de sus dos sobrinas. Finalmente, la lengua de uno de ellos se soltó.
“Nunca los toqué”. Una frase que se convirtió en un estribillo que este joven de veintiséis años repitió ante los tres magistrados de la sala de lo penal del Tribunal de Apelación de Casablanca. Sus dos víctimas, que no son otras que sus sobrinas, lo miraron asombradas. Uno tiene diecinueve años y el otro nueve años menos.
“Visitaba a menudo a mi hermana, pero nunca pensé en tocar a sus hijas… No estoy loco para hacer tal cosa”, se defiende ante la Corte. En cambio, en el acta de su audiencia admitió todo.
La primera vez que abusó sexualmente de la mayor fue hace cuatro años cuando ella aún era menor de edad, en sus quince años. Tenía veintidós años. Aún según sus declaraciones registradas en el PV, fue a la casa de su hermana pero solo encontró a su sobrina quien le informó que su madre fue con su hermana menor al médico. De repente, se acercó a ella para abrazarla. Perturbada, ella trató de alejarlo. Pero él le pidió que se callara para no obligarlo a maltratarla. Y, sin embargo, ella intentó gritar, pero él le tapó la boca con la mano, luego le quitó la camiseta y abusó de ella sin penetración. Desde entonces, en cuanto supo que su madre no estaba en casa abusó de ella. Para obligarla a permanecer en silencio, la amenazaba constantemente. Luego fue el turno de la niña más joven. Pero este último no se quedó callado. Tan pronto como su madre llegó a casa, se arrojó a sus brazos para contarle lo sucedido en compañía de su hermana mientras sollozaba. Rápidamente se interpuso denuncia y el hermano incestuoso fue detenido.
Veredicto: Declarado culpable, el acusado fue condenado a veinte años de prisión penal.
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