Una acalorada controversia sacude a los Países Bajos después de que la alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, volviera a utilizar el término “pogromo” para describir la violencia contra los partidarios israelíes a principios de noviembre. Este cambio de actitud provocó una reacción del Ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Sa’ar.
Sin embargo, los hechos fueron condenadores: cientos de aficionados israelíes que acudieron a ver un partido entre el Ajax y el Maccabi Tel-Aviv fueron atacados por grupos hostiles que, viajando en scooters por la ciudad, exigieron ver sus pasaportes para identificar a los ciudadanos del Estado hebreo. . El día después del partido, la propia alcaldesa admitió que estas escenas “le trajeron recuerdos de los pogromos”. Pero durante una intervención reciente, Halsema dio marcha atrás, acusando a Israel de utilizar el término “pogromo” como “propaganda” y deplorando su explotación política contra los residentes marroquíes y musulmanes de Amsterdam.
“Las palabras del alcalde de Amsterdam son totalmente inaceptables”, reaccionó el ministro Sa’ar sobre X. “El fracaso de esa noche no debe verse agravado por otro fracaso grave: un intento de encubrimiento”. Recuerda que el uso del término “pogromo” no fue una “invención israelí”, sino que provino de los propios políticos holandeses, que reconocieron la gravedad y el carácter antisemita del incidente. Esta controversia reaviva el debate sobre el antisemitismo en Europa, y Sa’ar concluye contundentemente: “¡Nunca más aceptaremos la persecución de judíos en suelo europeo ni en ningún otro lugar!”.
El incidente y sus consecuencias plantean preguntas preocupantes sobre el aumento del antisemitismo en Europa y la responsabilidad de las autoridades locales en la protección de las comunidades judías.
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