Nick Suzuki, ya atrapado en una temporada de pesadilla, acaba de sufrir un golpe adicional.
Donald Brashear, ex hombre fuerte de la NHL, lanzó una dura crítica contra el capitán de los Canadiens, destacando lo que percibe como una flagrante falta de liderazgo.
Y para respaldar mejor su punto, Brashear no dudó en elogiar a Alex Ovechkin, a quien considera el modelo absoluto de un verdadero capitán.
Este mensaje, poderoso e inequívoco, empuja a Suzuki un poco más hacia un descenso mediático a los infiernos.
Desde el inicio de la temporada, Suzuki ha sido objeto de muchas críticas. Ya sea su actitud considerada indiferente, su incapacidad para imponer su juego o su falta de combatividad en los momentos cruciales, todo parece amplificarse por su papel de capitán.
Y ahora Donald Brashear añade otra capa. Al elogiar a Alex Ovechkin, sin saberlo, envió el mensaje sobre el contraste entre lo que debería ser un capitán y lo que Suzuki encarna actualmente.
Un verdadero capitán es un tipo como Alex Ovechkin, Brashear nos hace entender al periodista del Journal de Montréal, Jonathan Bernier.
“Da ejemplo con su intensidad, su implicación y su capacidad para unir al equipo. Con él todos se sienten importantes, desde la primera hasta la cuarta línea”.
Suzuki no vemos eso
Para Brashear, Ovechkin es el ejemplo perfecto de un capitán que inspira a sus compañeros. El respeto entre los dos hombres se remonta a los días en que Brashear jugaba para los Washington Capitals, con la tarea de proteger a la joven estrella en ascenso.
Cuando un periodista le preguntó a Ovechkin a quién elegiría para completar una unidad con Sidney Crosby, respondió sin dudarlo:
« Temerario. Donald Brashear. Necesitaríamos protección y espacio. »
Esta declaración conmovió profundamente a Brashear, quien siempre se había tomado en serio su papel.
“Ese tipo de respeto demuestra que marcaste una diferencia. Ovechkin comprendió desde el principio lo que significaba ser un líder. No había ninguna camarilla a su alrededor. Quería que todos se sintieran incluidos, ya fueran las estrellas o los jugadores secundarios. »
El contraste entre Ovechkin y Suzuki no podría ser más marcado.
Mientras que Ovechkin encarna la intensidad, la alegría de vivir y la capacidad de unir un equipo, Suzuki parece más soportar su papel que asumirlo plenamente.
Donald Brashear, sin nombrarlo abiertamente, no dudó en señalar las que considera deficiencias fundamentales del joven capitán del canadiense.
Ser capitán no se trata sólo de llevar la ‘C’ en tu camiseta. Es comprender la cultura del equipo, dar todo lo que tienes e inspirar a tus compañeros a sobresalir.
Los problemas de Suzuki en el hielo no hacen más que alimentar estas críticas. Su falta de producción ofensiva, su incapacidad para generar oportunidades de gol y su juego defensivo vacilante lo convierten en un blanco fácil para los analistas.
Además, su actitud, considerada demasiado pasiva, alimenta la sensación de que aún no tiene los hombros para asumir un papel tan exigente como el de capitán en Montreal.
Michel Bergeron ya había expresado su descontento con Suzuki, llamándolo vago.
Y ahora con Brashear cuestionando su liderazgo elogiando a Alex Ovechkin y explicando qué es un verdadero capitán. Suzuki está bajo más presión que nunca.
En un mercado tan exigente como el de Montreal, donde las expectativas van más allá del marco deportivo, estas críticas no harán más que aumentar el peso que ya lleva.
El mensaje de Donald Brashear es claro: un capitán debe inspirar, dentro y fuera del hielo. Al elogiar a Alex Ovechkin, Brashear envía una advertencia indirecta a Nick Suzuki: es hora de establecerse como un verdadero líder o arriesgarse a perder la confianza de sus compañeros, su entrenador y los fanáticos.
Para Suzuki, esta temporada se está convirtiendo cada vez más en una prueba de madurez. Ya no se trata sólo de actuar, sino de demostrar que entiende lo que significa ser el rostro de una franquicia histórica como los Montreal Canadiens.
En Montreal, los héroes se construyen a través de la adversidad, pero por el momento, Suzuki parece tener dificultades para responder a esta llamada.
El tiempo se acaba y el capitán tendrá que demostrar que puede estar a la altura del papel o correr el riesgo de que su estrella se apague por completo.
Desde el inicio de la temporada ha sido criticado por su falta de intensidad y su incapacidad para estar a la altura de las expectativas.
Periodistas, exjugadores y aficionados han notado su juego indiferente, su falta de combatividad en las esquinas y su dificultad para inspirar a sus compañeros en el hielo.
A esto se suma la presión cultural ligada a su incapacidad para hablar francés, un tema que sigue suscitando debates en Montreal.
Al enfatizar las cualidades de liderazgo de Ovechkin, Brashear no apunta directamente a Suzuki, pero el contraste es marcado.
Ovechkin, desde muy joven, comprendió la importancia de unir un equipo y predicar con el ejemplo, dentro y fuera del hielo. Se ha consolidado como un líder indiscutible gracias a su total compromiso y su capacidad para inspirar a sus compañeros.
Nick Suzuki se encuentra en una encrucijada.
Brashear no olvidó cómo Ovechkin, incluso a los 20 años, ya entendía lo que se necesitaba para ser un líder. Estuvo para todos, sin crear divisiones dentro del equipo.
Sus iniciativas de invitar a todos sus compañeros de equipo a mítines o garantizar que nadie quede fuera demuestra un liderazgo inclusivo que Brashear considera esencial.
La comparación con Alex Ovechkin es particularmente cruel porque demuestra una diferencia fundamental: la intensidad y la capacidad de imponer una presencia dentro y fuera del hielo.
Suzuki siempre está dormido, listo para irse a tomar una siesta, sin energía, sin resistencia, con una indiferencia en su voz que resulta tan molesta.
Sobre todo, no creó en modo alguno un sentimiento de unidad en la sala.
¿Cómo puede liderar un equipo como líder?
Ovechkin es dinámico, motivado, divertido, todavía lleno de energía a sus casi 40 años, y todavía encuentra la manera de reunir y liderar un equipo.
No hay foto. Ovechkin es un capitán de corazón. Suzuki nunca lo será.