La pesadilla de Justin Barron y, sobre todo, la de Kent Hughes están en el centro de las preocupaciones que rodean a los Montreal Canadiens en los últimos tiempos.
Aunque el equipo mostró signos de mejora defensiva, incluida la reducción del número de tiros y oportunidades de gol permitidas al rival, cierto defensor se convirtió en una molestia… al no jugar siquiera.
Justin Barron, el joven defensa conseguido en el peor traspaso importante por el director general Kent Hughes a cambio de Artturi Lehkonen, atraviesa un momento difícil.
Sus actuaciones irregulares, sobre todo en la zona defensiva, llevaron a lo inevitable: la grada para siempre.
Barron ha estado fuera de la alineación durante los últimos cinco partidos, lo que demuestra la preocupación del cuerpo técnico por su desempeño en el hielo.
Para Kent Hughes la situación es aún más delicada. Ahora se confirma que el intercambio de Lehkonen, que se ha convertido en un jugador clave para el Colorado Avalanche, es catastrófico si se analizan los problemas de Barron.
Hughes, que tenía grandes expectativas para el joven defensor, ahora debe evaluar las opciones disponibles para mejorar la defensa del canadiense.
Los desafíos que enfrenta Barron no son sólo personales; impactan a toda la organización.
El equipo debe decidir si continúa invirtiendo en el desarrollo de jugadores o considera otras soluciones para mejorar su línea azul.
Las actuaciones de Barron son analizadas no sólo por los aficionados y los medios de comunicación, sino también por sus compañeros de equipo, que deben estar pensando que Lehkonen realmente les vendría bien en este momento.
El contraste entre las expectativas iniciales y la realidad actual es sorprendente.
Barron, alguna vez considerado un gran prospecto, ahora debe demostrar que pertenece a la NHL.
Pero nunca será más que un sexto o séptimo defensor.
Desde principios de mes, el canadiense ha conseguido reducir radicalmente el número de tiros y de oportunidades de gol concedidas a sus adversarios, cinco contra cinco.
El entrenador Martin St-Louis incluso ha proclamado esta progresión desde que Barron ya no está en la alineación.
El entrenador envía un mensaje despiadado a Kent Hughes: te han engañado todo el tiempo.
Sí, Avalanche te dio una rápida.
“Es una gran mejora del equipo. Somos más difíciles de enfrentar. »
Samuel Montembeault también notó una disminución en el tiempo pasado en su territorio defensivo durante sus dos últimas salidas.
Pobre Barrón. Enterrado tanto por su entrenador como por su portero.
Pobre Hughes, quien también está enterrado por la pandilla, especialmente porque también fue incluido en la transacción de Alex Newhook por una selección de primera y segunda ronda… una vez más por Colorado.
Para colmo de males para Barron, entre los jugadores que se destacaron positivamente, el dúo defensivo Jayden Struble y Arber Xhekaj pudieron estabilizar al tercer dúo defensivo.
En unos 41 minutos de tiempo juntos en el hielo durante cinco partidos, solo han concedido un gol en cinco contra cinco.
Struble, a pesar del desafío de jugar por la derecha por primera vez en su carrera, se está adaptando bien:
“No es tan malo. Aún quedan ajustes por hacer, pero nada descabellado. […] Defensivamente, no es tan diferente. ¡Me gusta eso! »
La mejora de este dúo también supone que Justin Barron quede relegado al papel de espectador. Barron ha visto los últimos cinco partidos desde las gradas, a pesar de decir que está completamente recuperado de la lesión en la “parte superior del cuerpo” que lo mantuvo fuera de juego a finales de octubre.
Su regreso a la acción coincidió con una derrota humillante ante los Washington Capitals en la noche de Halloween, y desde entonces ha estado fuera de la alineación.
Barron expresa su frustración sin rodeos:
“Es un poco frustrante. Creo que jugué algunos buenos partidos este año. Tengo que ser paciente y esperar mi próxima oportunidad. »
Reconoce tener que ser “más difícil de afrontar” defensivamente y aspira a recuperar su toque ofensivo, habiendo sumado sólo un punto en ocho partidos.
El caso de Barron es aún más preocupante para el director general de los Canadiens, Kent Hughes. Inicialmente, Hughes pensó que estaba haciendo un gran intercambio al adquirir a Barron y una selección de segunda ronda a cambio de Artturi Lehkonen.
Lehkonen, un jugador versátil e indispensable para el canadiense, se ha convertido desde entonces en un elemento clave del Colorado Avalanche, contribuyendo significativamente a su conquista de la Copa Stanley en 2022 y siendo uno de sus mejores jugadores en la actualidad.
Por el contrario, Barron lucha por justificar su lugar dentro de los Canadiens. Sus actuaciones inconsistentes y sus deficiencias defensivas son cada vez más difíciles de ignorar.
Suele estar en una posición torcida, le falta robustez y comete errores costosos que ponen en dificultades a su equipo.
Los demás equipos identificaron rápidamente sus debilidades, yendo siempre a su lado en la entrada de la zona.
Las críticas hacia él no sólo provienen de los medios y los aficionados, sino también, al parecer, de sus propios compañeros.
Los signos de frustración son evidentes en el banquillo, donde algunos jugadores no dudan en culparle de sus errores.
La situación de Barron es tanto más crítica cuanto que pone en duda las decisiones de Kent Hughes como director general.
Cambiar a Lehkonen, que tenía un contrato de agente libre restringido, no era una necesidad apremiante. Al renunciar a un jugador tan valioso por un prospecto que no está a la altura de las expectativas, Hughes se ha abierto a las críticas.
Hoy en día, el valor de mercado de Barron está cayendo en picado, y parece poco probable que el canadiense pueda conseguir a cambio un jugador del calibre de Lehkonen, independientemente de si Barron está frustrado o no.
Kent Hughes se encuentra cada vez más en una posición incómoda. Debe asumir la responsabilidad de esta transacción que, visto en retrospectiva, parece ser un gran error.
Para intentar limitar el daño, podría verse obligado a comprometer a Barron, pero recibirá miseria a cambio.
Justin Barron, por su parte, debe estar furioso.
La pesadilla que están viviendo Justin Barron y Kent Hughes es el símbolo de una reconstrucción que se tambalea.
Cada decisión, cada intercambio, puede tener importantes repercusiones a corto y largo plazo. Para los Montreal Canadiens, es fundamental aprender las lecciones de este fiasco.
El caso de Justin Barron es un claro recordatorio de que el potencial es una cosa, pero la realidad es otra.
Para Kent Hughes, es una lección sobre la importancia de evaluar adecuadamente el talento y comprender las necesidades reales del equipo.
El canadiense debe afrontar la realidad: al director general de CH le regalaron un limón.