Es hora de decirlo alto y claro: Cole Caufield merece más que las críticas despiadadas que se le dirigen.
El periodista de TVA Sports, Anthony Martineau, fue mordaz, y con razón.
Salió a batear por Caufield, expresando lo que muchos de nosotros estamos pensando en voz baja. Ya es suficiente. Hay que dejar de denigrar a un jugador que partido tras partido hace vibrar las redes y el corazón de la afición.
¿Somos demasiado duros con Cole Caufield? La respuesta es un rotundo sí. ¿Cómo es que, a pesar de liderar la NHL en goles con 12 goles, todavía encontramos maneras de criticarlo?
Sus deficiencias defensivas vuelven constantemente a la mesa, como si anularan sus hazañas ofensivas. Pero planteémonos la verdadera pregunta: ¿Qué queremos realmente de él?
Anthony Martineau nos lo recordó muy bien durante su columna en el programa JiC de TVA Sports. Tenemos una desafortunada tendencia a subestimar nuestros marcadores naturales, a añadir siempre un “sí, pero…” a su nombre.
Las palabras de Martineau dieron en el clavo: Michael Ryder no patinaba lo suficientemente rápido. Tyler Toffoli no tenía un patín lo suficientemente bueno, Mike Cammalleri no cortaba por el medio, Max Pacioretty, a pesar de su tamaño, no era lo suficientemente físico y robusto.
Y, sin embargo, cuando estos jugadores se fueron, lo lamentamos amargamente.
Con Cole Caufield, se repite el mismo escenario. Se le critica por su juego defensivo y su recuperación del disco, como si estos aspectos definieran la esencia misma de su papel.
Pero recordemos: el hockey es un deporte en el que marcar goles es una de las cosas más difíciles de lograr.
Y Caufield sobresale en este arte. Es un marcador natural, una auténtica pepita de oro.
Como dice el periodista de TVA Sports, seamos realistas con las cifras. Caufield es el primero en su año de draft en promedio de goles por partido (0,42), lidera en goles ganadores (18) y es segundo en goles de cinco contra cinco (66) y tiros (731) entre todos los jugadores seleccionados. en el draft de 2019 ¿Qué más se puede pedir?
Caufield no es un jugador perfecto. ¿Así que lo que? Hace exactamente lo que se espera de él según el salario que le dan: marca goles y produce.
¿Por qué buscamos constantemente cambiarlo, criticarlo, minimizar su impacto? ¿No vemos la suerte que tenemos de tener semejante talento en nuestras filas?
Es hora de hacer un examen de conciencia. Si seguimos denigrando a nuestros mejores elementos, empujándolos hacia la salida con nuestras incesantes críticas, sólo tendremos culpa nuestra cuando brillen bajo otros cielos.
Cole Caufield merece nuestro apoyo incondicional, nuestra admiración, nuestro respeto. Lleva sobre sus hombros las esperanzas de un equipo, de una ciudad, de una nación de hockey.
Dejemos de buscar a la pequeña bestia. Aplaudamos sus hazañas, anímelo en los momentos más difíciles, celebremos el jugador excepcional que es.
Anthony Martineau tuvo el coraje de decirlo y todos deberíamos escucharlo. Cole Caufield es un activo invaluable para los Montreal Canadiens. No cometamos el error de dejarlo escapar por críticas infundadas.
El hockey es un deporte de emociones, pasión, dedicación. Y Cole encarna todos estos valores. Juega con corazón, con energía, con puro talento. Es hora de reconocerlo y apoyarlo plenamente.
Por él, por el equipo, por todos los que amamos este deporte…y sobre todo los goles…
Cole, sigue haciéndonos soñar. Estamos detrás de ti.