Ya nada va bien en Pittsburgh.
Los Penguins, que parecían tener una dirección clara bajo la dirección de Kyle Dubas, ahora están sumidos en una crisis sobre la que los rumores continúan aumentando.
A medida que las derrotas se acumulan, aumenta la presión para el entrenador Mike Sullivan, cuya posición parece cada vez más frágil.
Pero el propio Dubas no se libra de las críticas. Al decidir confiar en los veteranos y mantener un núcleo envejecido, se negó a reconstruirse, apostando por un equipo que, en lugar de luchar por la Copa, lucha por sobrevivir en la clasificación.
Los rumores sobre un posible intercambio de Sidney Crosby, una verdadera leyenda viva en Pittsburgh, se han vuelto comunes.
Pero una declaración reciente de Paul Bissonnette, el famoso presentador de Chiclets escupiendo, dio una nueva dimensión a estas especulaciones.
Según él, Avalanche estaría “muy, muy bien posicionada” para adquirir Crosby, si los Penguins deciden pasar página.
Una idea que hace estremecerse, pero que bien podría ofrecer una nueva vida a ambas partes.
Con estrellas como Nathan MacKinnon y Cale Makar, Colorado sería un lugar perfecto para que Crosby juegue algunas últimas temporadas competitivas y tenga la oportunidad de ganar la Copa Stanley.
Especialmente porque MacKinnon y Crosby son muy cercanos, ya que vienen de Nueva Escocia.
El malestar se extiende mucho más allá de la pista. Las decisiones de Dubas de retener a jugadores veteranos como Evgeni Malkin y Kris Letang dejan enojados a muchos expertos.
En lugar de anticiparse al futuro, Dubas prefirió apostar por la fidelidad y la experiencia. Pero las actuaciones recientes de los Penguins (en particular la derrota de esta noche por 7-1 ante los Dallas Stars, donde concedieron seis goles sólo en el primer período) reflejan un equipo que parece agotado y abrumado. La paciencia de los fanáticos está comenzando a agotarse.
Los rumores sobre la salida de Crosby se están intensificando, aunque la idea todavía parece inconcebible para los fanáticos de Pittsburgh.
Un cambio a Colorado podría darle a Crosby otra oportunidad de brillar junto a MacKinnon, su compañero de Nueva Escocia y amigo cercano.
Con esta posible unión, el sueño de ver a Crosby levantar una última Copa Stanley podría hacerse realidad. Pero para los Pingüinos, marcaría el fin de una era y el comienzo de una reconstrucción largamente demorada.
El dilema para los Penguins es claro: continuar por este camino incierto y esperar que los veteranos encuentren nueva energía, o pasar página y darle a Crosby la oportunidad de perseguir una última búsqueda de la Copa en otro lugar.
Por la belleza del hockey, Crosby tiene que ir a Colorado.