Las nubes se acumulan sobre el estadio Etihad. Por primera vez desde 2006, el Manchester City acumula cuatro derrotas consecutivas, un hecho inédito para el club y, más sorprendente aún, para Pep Guardiola.
El último golpe llegó el 9 de noviembre, durante la derrota por 2-1 ante el Brighton en la Premier League. Esta mala actuación se suma a los reveses sufridos ante el Tottenham en la Copa Carabao (2-1), el Bournemouth en Liga (2-1) y un mordaz 4-1 infligido al Sporting en la Liga de Campeones. Esta oscura serie subraya un hecho raramente observado: en 175 partidos de Liga de Campeones dirigidos por Guardiola, nunca un equipo bajo su mando concedió cuatro goles en casa.
Haaland caído, el City sin maestro para jugar
Un símbolo de esta crisis es la ineficacia de Erling Haaland. Si el delantero noruego sigue sembrando el terror en las defensas rivales, esta temporada lleva diez ocasiones claras desperdiciadas, cifra sólo superada por Ollie Watkins del Aston Villa (11).
Pero la ausencia más evidente sigue siendo la de Rodri, el metrónomo español recientemente coronado con el Balón de Oro. Sin él, las estadísticas son implacables: el City ha perdido el 27% de los partidos jugados cuando él no está en el campo, frente a sólo el 11% cuando está en el campo.
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¿Se avecina un punto de inflexión decisivo?
Se esperan con impaciencia las próximas reuniones del City. El sábado 23 de octubre, el club recibe al Tottenham (10º) en el Etihad con la obligación de volver a la victoria. Tres días después les espera el Feyenoord en la Liga de Campeones, la oportunidad de curar las heridas dejadas por la dura derrota ante el Sporting.
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