El 1 de julio, cuando se abrió el mercado de agentes libres de la NHL, los Nashville Predators se robaron el show al reclutar a los dos delanteros más llamativos.
El director general Barry Trotz firmó un contrato por valor de 32 millones de dólares (cuatro años) con el extremo de Ontario Steven Stamkos (34).
Y firmó por cinco años (27,5 millones de dólares) con el extremo quebequés Jonathan Marchessault (33 años).
Claramente había elegido ir “con todo” y, mientras su equipo atravesaba la parte más vulnerable de la liga, había descartado embarcarse en el camino hacia la reconstrucción.
¿Fue acertada la elección? Si 13 partidos obviamente no hacen una temporada, no podemos excluir la hipótesis de que el club de Tennessee haya emprendido un camino que lo lleva directamente hacia un muro.
Los Preds, que perdieron 3-2 en Washington la noche del miércoles al jueves, están últimos en la clasificación general de la liga profesional norteamericana (9 puntos).
Stamkos sólo tiene tres goles.
Uno más que Marchessault.
Dos más que el defensa bernés Roman Josi (34 años), el capitán, la figura, la imagen de la organización.
Alineación desequilibrada
En una era donde la velocidad de ejecución se ha convertido en un ingrediente fundamental en la búsqueda del éxito, Nashville está compuesta por patinadores anclados en la treintena (los otros son Ryan O’Reilly, 33, y Filip Forsberg, 30) que no parecen muy bien apoyado.
La línea central está desvencijada y los jugadores estrella no necesariamente tienen lo que necesitan para complementarla.
La defensa carece tanto de talento y de profundidad real que se abusa de Josi. El entrenador Andrew Morena lo envía regularmente al campo de juego durante más de 26 minutos.
En resumen, el lienzo está todo agujereado.
¿Soluciones o reconstrucción?
De ahí las preguntas: ¿Nashville encontrará soluciones para volver rápidamente al éxito con su personal actual? ¿O el club dará un giro de 180 grados y emprenderá el camino de la reconstrucción?
Si la respuesta a la primera pregunta es sí, mucho mejor. Roman Josi quizás tenga la oportunidad de hacer realidad su máximo sueño deportivo: levantar la Copa Stanley con el equipo cuyo logo tiene tatuado en su corazón.
Si la respuesta a la primera pregunta es negativa (y por tanto la de la segunda pregunta es positiva), bueno, en serio tendrás que imaginarte a Roman Josi patinando con otro equipo en el campeonato de la NHL.
Si Raymond Bourque lo hizo…
Porque el mejor jugador de hockey suizo de todos los tiempos querrá maximizar sus posibilidades de ganar la Copa. Si Raymond Bourque, el Sr. Bruins, hubiera dejado Boston para ir a por el trofeo con Colorado en 2000, nada es imposible…
Porque el número 59, vinculado con Nashville por tres temporadas más, es un hombre leal. Aceptará ser canjeado si su partida (que traería una buena variedad de prospectos y selecciones de draft) resulta beneficiosa para los Predators.
NHL. Los partidos del miércoles.
Washington-Nashville 3-2