Fue en un bistró de Río de Janeiro, en enero de 1983, donde nació la idea. Lo recuerdo como si fuera ayer. Fui allí a petición del padrino de Philippe Jeantot. Y aquí estoy, en pleno rodaje del patrón que está ganando la regata alrededor del mundo, el « Desafío Boc ». Elegí, como primera imagen, el estadio Maracaná. Jeantot está sentado allí con las piernas cruzadas y en el subtítulo he escrito las palabras de Alain Colas: “El mar, el estadio más grande del mundo. »
La película se llamará El Gran Sillón. Entonces propuse que se proyectara en preestreno en Les Sables-d’Olonne en el verano de 1983, durante el regreso del gran ganador, celebrado en el canal por el público de Sables que lo descubrió. Fue en Brasil, en la mesa de un café, donde esbozó su idea delante de mí.
De Río de Janeiro a las costas de Vendée
El tiempo pasa. Cinco años más tarde, apenas había sido elegido presidente del departamento en septiembre de 1988, proseguí con el proyecto: sería una carrera en solitario, pero sin escalas. El Everest de los mares. Con nombre provisional, Globe Challenge. Pero, al comprobar la falta de patrocinadores, Jeantot me pide ayuda para salvar el proyecto. Acepto, pero pido a cambio que “Vendée” o aventura. Será por tanto el “Vendée Globe”.
Desde el canal Olonnes, el sueño se desarrolló
Así zarpó la primera flota, el domingo 26 de noviembre de 1989. Desde el canal de Olonnes, el sueño se desarrolló, se hizo a la mar abierta y llevó su aura hasta los confines del mundo. El sueño se ha vuelto global. Las ediciones se sucedían cada cuatro años. Podemos decir que el Everest de los mares, año tras año, sigue cumpliendo todas sus promesas. Con protuberancias pero también con huecos. De hecho, intervine dos veces como salvador en esta improbable aventura.
No sólo porque la carrera vio la luz en 1989, sino también porque el departamento la compró, en 2005, ante el Tribunal de Comercio de La Roche-sur-Yon. De hecho, en 2003, Jeantot fue declarado culpable de fraude fiscal, luego, en 2007, fue nuevamente condenado a tres años de prisión y luego despojado de su rango de caballero de la Legión de Honor. La carrera está a la venta. Ganamos la subasta. Gracias al departamento y a las empresas de Vendée, la Vendée Globe permanecerá en Francia.
El resto después de este anuncio.
Una de las últimas aventuras del mundo moderno.
Es una de las últimas aventuras del mundo moderno. Los patrones de la Vendée Globe no pertenecen a nuestro mundo de higiene estatal. Viven en el letargo y en los soles nacientes, reviven la tradición de estos marineros que lucharon en el mar, en nombre del honor y del ancla de la misericordia.
Entre los peces voladores, el sudor de los Doldrums, los rugientes cuarenta, practican sin embargo la ayuda mutua y la esencial asimetría ética cuando uno se siente dispuesto a jugarse la vida al capricho de los elementos para salvar la vida del otro.
En el mar todo es distancia
En el mar todo es distancia, ¡estamos muy lejos del competidor! Y, sin embargo, estos feroces competidores guardan en sus corazones algo para acariciar la idea de que lo lejano sigue siendo un vecino. Y esa elegancia exige, sobre el surco de la espuma, desviarse por otros en caso de naufragio.
Hombres rudos, vigilantes de la civilización.
Estos hombres rudos, de carácter duro y que practican el exceso sin exceso, están salvando lo que nos queda de civilización. Esta carrera extrema arroja una dura luz sobre el hecho de reducir al hombre de nuestro tiempo a la nuda vida y elevar así la supervivencia al rango de valor supremo.
Hoy en día, los sueños de los niños están encerrados en Webistan. Al menos pueden, desde la sociedad virtual, seguir la Vendée Globe, como un chorrito de espuma, un chorrito de vida, un chorrito de libertad en el mar que siempre comienza.
Para que, por todas partes, flote el mito de la Conciencia erecta
La Vendée Globe es un motivo de orgullo para mí. Soñé con darle al Doble Corazón de Vendée sus letras veloces, con hacerlo ondear al viento en mares lejanos para que un día la gente se dijera: “Vendée se trata de quedarse y marcharse. La celebración del alto patrimonio y de alta mar”. Para que, en todas partes, el mito de la Conciencia flote erguido, sobre el tejado tranquilo donde duermen las palomas.