Benjamin Ferré (34 años) optó por ampliar sus sueños, ponerse el traje de los héroes que le hicieron soñar, entonces un adolescente de Rennes no necesariamente atraído por el mar. Un Trofeo 4L entre España y Marruecos a los 18 años, una gira. la vuelta al mundo a dedo a los 22, una travesía iniciática del Atlántico en un sextante a los 25 con dos amigos tan inexpertos como él.
La Mini Transat 2019 será decisiva para el patrón del Monnoyeur – Dúo por un trabajo. “Esto no ha terminado, la aventura no terminará ahí, él hará algo más grande y por qué no dar la vuelta al mundo”predijo su madre al final de la carrera. Desde entonces, por las venas del marinero-empresario corre agua salada. Fue entonces Jean Le Cam, su mentor, quien le animó a lanzarse a lo más profundo y a dar la vuelta al mundo: “Si es Zidane quien te dice que puedes llegar al Mundial, eso tiene otro valor”.
En Lorient, en primavera, en el pontón de Port Olona, a mediados de octubre, al día siguiente de la llegada de su Imoca a Les Sables-d’Olonne, Benjamin Ferré se tomó el tiempo para contar su historia y compartirla. Su credo. Con paciencia, modestia y con refrescante sinceridad.
“La sensación de ordenar mi habitación antes de salir”
Benjamín Ferré, a tres semanas de zarpar, ¿está impaciente por zarpar?
Cuando me embarqué en este proyecto pensé que era posible pero obviamente había un riesgo. Estoy feliz de estar aquí porque tenía miedo de no poder hacerlo. Por eso quiero divertirme en este pueblo, intercambiar con otros, todo me parece tan lunar. Así quiero vivir las tres semanas que me quedan en tierra. Es muy importante saborearlo porque sólo habrá una primera vez y siempre tiene un sabor especial. No quiero perder esta oportunidad. No tengo muchas ganas de irme pero no…
Morocco