El pugilista venezolano, fallecido el martes a los 78 años, ganó el oro olímpico en peso medio mosca en 1968 en México.
Primer campeón olímpico venezolano de la historia, el boxeador Francisco “Morochito” Rodríguez, una auténtica leyenda local, falleció el martes en Caracas a los 78 años, anunció este miércoles el Comité Olímpico Venezolano (COV). Hospitalizado durante varios días, “nos deja sin su luz”lamenta el organismo en su comunicado de prensa.
Francisco Rodríguez ganó el oro en peso medio mosca en los Juegos Olímpicos de México (1968), convirtiéndose en el primer campeón olímpico del país que esperó casi 25 años para tener un segundo, Arlindo Gouveia, en taekwondo en Barcelona 92. Venezuela sólo tiene cuatro hasta la fecha con Rubén. Limardo, espada en Londres-2012, y Yulimar Rojas, triple salto en Tokio-2020.
Su historia es romántica. Nacido el 20 de septiembre de 1945 en Cumaná (Noreste), Rodríguez, segundo de 14 hijos, fue criado por su madre y su abuela, habiendo abandonado su padre el hogar antes de su nacimiento. Sin saber leer ni escribir, creció vendiendo pescado y comentaba sobre boxeo a los 11 años.
Mito
En el ring se convirtió en uno de los grandes mitos del deporte venezolano. Consiguió la gloria olímpica a los 23 años, tras vencer a un estadounidense y a un cubano en su camino hacia la final de los 48 kg. Queda grabada en el recuerdo su imagen entre lágrimas cubriéndose el rostro con una bandera venezolana. La fotografía sigue hoy muy presente en el país.
Bicampeón panamericano (Winnipeg-1967 y Cali-1971), no ha tenido gran éxito entre los profesionales pero la AMB rindió homenaje el miércoles a un “leyenda” de disciplina. “Decir que fuiste una inspiración es quedarse corto para el legado que dejaste con tus puños y tu fuerza. Gracias por todo Morochito. Descansa en paz, eterno campeón”comentó Rubén Limardo.
El presidente venezolano Nicolás Maduro lo saludó “el gran Francisco Morochito Rodríguez, gloria de nuestro deporte nacional, leyenda del boxeo y primer medallista de oro olímpico (…) Honor y gloria eterna para quien es y seguirá siendo inspiración para las generaciones futuras”.
