El Paris Saint-Germain está de espaldas a la pared.
Para llegar a Wembley y a la ansiada final de la Liga de Campeones, se ve obligado a revertir la situación una vez más, ante el Borussia Dortmund de Gregor Kobel, el martes en el Parque de los Príncipes, tras el revés sufrido en el partido de ida (1-0).
Los de Luis Enrique tendrán que ganar a toda costa, al menos por un gol para jugar la prórroga y más si quieren clasificarse sin pasar por los penaltis, cuatro años después de la final perdida (1-0) en Lisboa ante el Bayern de Múnich, durante la tiempos de Covid-19.
Los parisinos podrán confiar en la preparación mental que funcionó en la ronda anterior dada su actuación en Barcelona (4-1). También esperan que su estrella Kylian Mbappé haga todo lo posible para su último partido en la C1 con los colores parisinos en el Parc.
Para llegar a la final, que sería la segunda de la historia pero la primera ante un público completo, los parisinos tendrán que repetir la hazaña del Barcelona. Pero la historia se complicó con la baja del defensa Lucas Hernández, uno de los hombres fuertes de esta temporada, que se lesionó en el partido de ida en Alemania.
Determinación
El pasado miércoles en el Ruhr, la dura realidad se impuso a los compañeros del capitán Marquinhos, que no corrieron lo suficiente -10 km menos que el ‘BVB’- ni pusieron suficiente intensidad: los amarillos y negros, que no llegan a la final desde 2013, tienen tanta determinación como ellos para forzar su destino.
Más allá del éxito del partido de ida, los alemanes ganaron más confianza el sábado gracias a su gran victoria por 5-1 contra el Augsburgo. Los parisinos, que descansaron este fin de semana, pueden contar con el doble enfrentamiento de la fase de grupos, del que salieron victoriosos (2-0 en el Parc, 1-1 en Dortmund).
/ATS
