“Algunos pensaban que estaba en mi cabeza”, “como un Covid largo”: sufre la enfermedad de Lyme, denuncia la vagancia médica

“Algunos pensaban que estaba en mi cabeza”, “como un Covid largo”: sufre la enfermedad de Lyme, denuncia la vagancia médica
“Algunos pensaban que estaba en mi cabeza”, “como un Covid largo”: sufre la enfermedad de Lyme, denuncia la vagancia médica
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Marie Félix, que padece la enfermedad de Lyme, escribió un libro que recorre su camino y pone de relieve los errores médicos a este respecto. Presentará “Si los enfermos supieran, si los médicos pudieran”, este viernes 18 de octubre en Asprières y el domingo 20 en Onet-le-Château.

Oficialmente, fue diagnosticada a los 54 años. Pero en realidad, Marie Félix padece la enfermedad de Lyme desde que era adolescente. Años de vagancia médica que denuncia en su libro “Si los enfermos supieran, si los médicos pudieran”, publicado en abril de 2023. Este viernes 18 de octubre, la autora presentará su trabajo en Asprières, en el centro “Renacimiento alternativo”. “, a las 18.30 horas, así como en Onet-le-Château, en Habitats jeunesse du Grand Rodez, el domingo 20 de octubre a las 15.00 horas.

A través de estas líneas, “trató de comprender por qué se atendía tan mal a los pacientes” y vuelve sobre su camino. “Mis padres eran médicos, luego mi padre se hizo forestal, así que pasé la mitad de mi vida en el bosque”. Aquí es donde comienza todo.

El eritema migratorio aparece tras la picadura de una garrapata. “Ha sido pasado por alto, no identificado”. Y con razón: en Maine-et-Loire, donde reside la familia, “corría la idea de que esta enfermedad infecciosa no existía en esa zona. Las autoridades sanitarias no se habían dado cuenta”.

No hay consenso sobre el tema

Otra dificultad: las pruebas inmunológicas actualmente disponibles en el mercado, denominadas ELISA (ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas), son consideradas “deficientes, según un estudio realizado en Estados Unidos: el 40% de las personas infectadas darán un falso negativo”. Marie Félix presentará, en múltiples ocasiones, resultados no concluyentes. Si bien es sólo tras la validación de esto que los profesionales de la salud recurren a la prueba de confirmación, el Western Blot.

Como muchos, tuvo que afrontar las miradas de desaprobación de los médicos. “Obviamente, algunas personas pensaron que estaba en mi cabeza. O me derivaron a especialistas para aliviar los síntomas, pero nunca encontraron la causa”. Según ella, el 80% de los afectados experimentan deambulaciones médicas. “Sin embargo, debe saber que en la etapa 1, con un antibiótico, la infección tiene muchas posibilidades de resolverse”.

Y a lo largo de sus investigaciones para informar su trabajo, la escritora se da cuenta de que existen dos escuelas de pensamiento. “Hay profesionales convencidos de que existe Lyme crónico y otros aseguran lo contrario”. Marie Félix no deja de castigar, a través de su libro, a quienes se sitúan en la segunda categoría. “Lamenté la falta de conocimiento y de rigor científico por su parte”.

Un paralelo con el largo Covid

Para sustentar su punto, la autora utilizará el informe de información parlamentaria 4.318, como prefacio. Publicado en 2021, este informe, titulado “Lyme: mejorando la atención al paciente”, traza “un paralelo con el Covid prolongado y explica que la borreliosis también puede ser crónica”. Es un alivio. “Lo que digo es verdad”.

Un rayo de esperanza, “ya que el deseo de todos los interesados ​​es que finalmente sea reconocida como tal. En Estados Unidos, Lyme vuelve a formar parte del ranking de las 11 enfermedades infecciosas” tenaces. Si este fuera el caso en Francia, impediría que “los pacientes se cuiden a sí mismos”.

Sobre todo porque se trata de sufrimiento. “Es insoportable. Hay, en total, 70 síntomas”. En cuanto a ella, la enfermedad le provocó numerosos y repetidos problemas. Ciática, taquicardia, problemas auditivos y oftálmicos, neuralgias, mareos… Incluso pérdida de memoria. “No podía recordar los nombres de pila de mis hijos”.

“Estaba totalmente fuera de la vida”

En 2014, es una tragedia. “Intenté suicidarme. Estaba totalmente fuera de la vida”. Salvada en el último momento, explica que la “desinhibición” que tuvo ante este gesto es una convergencia de dos cosas. “Estaba deprimido por todo el asunto. Y resulta que uno de los efectos secundarios de mis antidepresivos fue tener pensamientos suicidas”.

Pero, según ella, lamentablemente no es raro llegar a este punto sin retorno. “Soy parte de tres asociaciones que luchan contra la enfermedad de Lyme. Sucede que como miembros recibimos correos electrónicos anunciando la muerte de un miembro de la organización y sabemos por qué”.

Para Marie Félix, “sobre todo no debemos quedarnos solos. Es compartiendo como encontramos soluciones y podemos permanecer juntos”. Y utiliza su historia como ejemplo. “Cuando conozco gente en la misma situación que yo, les digo: miren, sigo aquí”.

La fitoterapia como aliada

Hoy ella está mejor. Gracias a una cosa: las hierbas medicinales senegalesas. “Tengo formación científica, me crié en la medicina convencional. Creo en ella con firmeza y rapidez. Pero como a través de ella no encontré la manera de hacer mis necesidades, tuve que recurrir a otra cosa”.

Fue por consejo de su médico que recurrió a este uso. “Nunca lo habría intentado si él no me hubiera dirigido hacia eso. Confío en él”. Y está claro que ahora hay una diferencia radical. “Siempre tengo sobras, pero es muy ligero”.

Pese a todo, Marie Félix insiste en que “este método no puede funcionar con todos, cada uno reacciona de manera diferente. No debe verse como una cura milagrosa, no quiero hacer proselitismo. Sólo a mí me ayudó”.

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