Pasando de la Gran Manzana, la ciudad que nunca duerme, a portlanden el otro lado del país, en el estado de Oregón, se trata de una decisión un tanto radical. Sin embargo, esto es lo que Michelle Goad y Wolf Klinker, en busca de serenidad, decidieron hacer con sus dos hijos, Axel, de 3 años, y Coco, de 9 años. Una vez allí, les llevó un año encontrar la casa en la que podían imaginarse.
La pepita que desenterró la pareja está firmada Pietro Belluschiuna de las líderes del movimiento moderno, galardonada con el Premio Americano de Arquitectura de Roma en 1954. Se la llama la Casa Jossen referencia al apellido de los primeros propietarios, Mary y Phillip Joss. Diseñada en forma de L –una de las señas de identidad del arquitecto italoamericano–, la construcción de 1941, que se extiende sobre algo más de 230 m2, tiene una planta diáfana, característica del estilo de mediados de siglo. Consiste en favorecer la circulación fluida entre espacios y la conexión con el paisaje circundante. Mientras que el ala privada agrupa los dormitorios, el ala pública incluye la sala de estar principal con su techo abovedado de madera, paredes de cedro claro y una chimenea original totalmente de hormigón, la pieza central de la sala de estar.
La silla “LCW” combina con la mesa auxiliar, ambas de Eames, mientras que el espejo “Miró Miró” de Friends and Founders añade profundidad.
En el comedor, que da al jardín, mesa de De La Espada, objetos de Nik Nik Studio.
“Nunca imaginé vivir en una casa con paredes todas de madera”dice Michelle, que quedó especialmente seducida por los grandes ventanales que ofrecen una vista mágica del jardín, donde en verano florecen un campo de narcisos y un magnífico cerezo.
Para esta joya arquitectónica, los interiores tenían que ser cálidos y acordes con el lugar. “Tan pronto como nos mudamos, nos dimos cuenta de que nuestros muebles neoyorquinos no funcionaban aquí”Recuerda Michelle. “Empecé a buscar ideas en Pinterest, donde encontré muchas casas arquitectónicamente similares en Byron Bay, Australia. Así conocí el trabajo de Simone Haag, afincada en Melbourne, a quien confiamos el diseño interior. »
La estilista de interiores Karie Higgins rediseñó toda la decoración de esta casa de mediados de siglo preservando su alma.
Luego, Michelle y Simone reunieron piezas de todo el mundo para vestir los diferentes rincones. Luego, después de vivir seis años en este entorno tranquilo, Michelle recurrió al estilismo de interiores. Karie Higgins repensar los espacios como antesala de un nuevo capítulo, tanto para la familia como para el hogar. El objetivo principal de Karie era enfatizar la estética original de mediados de siglo y al mismo tiempo infundir un estilo contemporáneo con una combinación de artículos antiguos y creaciones de artistas locales, todo en solo seis semanas. La paleta de colores y materiales, neutros y naturales, complementa toques de verde salvia y caramelo óxido. “Cada decisión fue tomada para rendir homenaje a la arquitectura”– confiesa Karie. “Me concentré en gestos simples y escultóricos que resaltan las líneas de la casa y al mismo tiempo añaden personalidad. »
Madera, mimbre, forjado a mano, cerámica, piedra y lino aportan textura y profundidad. Una silla de ratán “P3” de Tito Agnoli, una pequeña mesa de madera de Vince Skelly, una lámpara de los años 60 de Louis Sognot, una obra de Charlie Salas-Humara encima del sofá Pop and Scott y una lámpara colgante de Hay son algunos de los elementos. que adornan la casa. Karie también buscó inspiración en Axel Vervoordt y Vincent Van Duysen, particularmente en su enfoque sobrio para revivir espacios con alma.
“Esta casa era ideal para reunirse y disfrutar momentos de paz rodeados de naturaleza”“, confía Michelle, que ahora está lista para una nueva aventura, con un traslado a otra región más soleada a la vista. “Wolf y yo nos conocimos en California y siempre habíamos soñado con volver allí. Después del Covid nos dijimos “por qué no ahora…”. » Aviso a los interesados: la Casa Joss acaba de volver a ponerse en venta.
Frente a las estanterías originales realizadas por Pietro Belluschi, la silla de mimbre “P3” de Tito Agnoli. A su lado, la escultura de madera que sirve de mesa auxiliar está firmada por el diseñador Vince Skelly.
Una pieza de cerámica del artista local Blaine Peters (Wilma) tiene lugar sobre un pedestal de los años 60.