Adeline Halot: de Bruselas a Nueva York, una escultora que seduce al mundo

Adeline Halot: de Bruselas a Nueva York, una escultora que seduce al mundo
Adeline Halot: de Bruselas a Nueva York, una escultora que seduce al mundo
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Hay artistas que viven carreras deslumbrantes. Es el caso de esta bruselense de 32 años que, en cuatro años, ha logrado la hazaña de tejer un universo personal cuyo eco ya resuena en los cuatro rincones del planeta. “Siempre quise crear volúmenes y conectar materiales y espacio”, confiesa con voz aún juvenil. En 2016, estaba en la escuela, estudiando arquitectura de interiores y luego diseño textil en La Cambre. Proveniente de una familia de autónomos, siempre quiso trabajar por su cuenta. “Es fantástico ser el único capitán a bordo. Todos los días voy a mi taller en Zaventem, donde somos una treintena de artistas y diseñadores de todos los ámbitos de la vida. Cada uno tiene su lugar. No sólo es motivador, sino que ha contribuido mucho a mi desarrollo artístico. Y además soy el más joven del grupo: ¡el mayor de nosotros tiene 85 años!”

Adeline Halot: “El metal es reflectante, lo que nos permite obtener obras muy vivas que, según el entorno, evolucionan según la luz natural o artificial. » ©DR

En 2020, después de trabajar en la producción de textiles, desde persianas hasta paneles para muebles, Adeline Halot decidió dedicarse al 100% a su pasión. “Al principio, comencé con pedidos por metros para los interioristas que venían a elegir entre mis muestras. Luego, poco a poco, pude expresarme con mayor libertad utilizando hilos de lino y mis metales favoritos, el acero inoxidable y el cobre, añadiendo a veces hormigón.

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En su relación privilegiada con el material tejido, la joven crea esculturas únicas, trabajadas a mano, siempre con un mismo objetivo: darle forma al material para congelarlo en el tiempo y el espacio. En combinación con el metal, el lino ofrece una gama cromática que aprovecha para crear tanto tapices volumétricos como esculturas, a veces suspendidas en la pared, a veces aéreas. “El metal es reflectante, lo que nos permite obtener obras muy vivas que, dependiendo del entorno, evolucionarán según la luz natural o artificial. Durante el día, los reflejos son más tranquilos, mientras que por la noche la escultura cobra vida y se vuelve más dinámica. Es algo que me gusta mucho”.

Adeline Halot: “El metal es reflectante, lo que nos permite obtener obras muy vivas que, según el entorno, evolucionan según la luz natural o artificial. » ©DR

Según ella misma admite, Adeline es una mujer enérgica y discreta, un temperamento que se combina con un carácter generoso en el trato con los demás. “Me gusta conocer gente y moverme. Esto es lo que me permitió avanzar en tan poco tiempo. En cuatro años, mi viaje ha sido bastante rápido. En definitiva, sus esculturas se parecen a él: pueden brillar pero también encuentran el placer de ser más discretas, según el estado de ánimo o la hora del día. Tampoco perdamos de vista que su inspiración artística debe mucho a la naturaleza: las plantas, los minerales, pero sobre todo el agua. “Fotografío bastantes cosas durante mis paseos. Tengo toda una biblioteca de imágenes personales que suelo utilizar en mis creaciones”.

Hoy en día, Adeline Halot viaja entre galerías de arte y diseño, pero también le gusta estar en contacto directo con coleccionistas. Ella tampoco duda en coger su bordón de peregrino y viajar. El próximo noviembre la encontraremos en Nueva York, en una galería cercana al Museo Guggenheim. Más cerca de casa, actualmente está dando los últimos retoques a una escultura colgante que pronto se instalará en la panadería Kultuur Bakery de Gante. También tiene un proyecto único para un yate, así como otro, más monumental, para Florida para 2025.

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