Después de un verano a veces abrasador, el jardín ha quedado muchas veces abandonado y, hoy, ¡parece un páramo! En primer lugar, limpiamos la maleza y las malas hierbas para preparar el terreno para recibir las plantas. Regamos pero sin ahogar la tierra. Le damos tiempo a que absorba el agua. Por otro lado, evitamos hacerlo al atardecer o sobre las hojas, ya que, según la temperatura, esto podría añadir humedad y favorecer la aparición de enfermedades criptogámicas.
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Hojas muertas, reciclamos
Recoge las hojas muertas del suelo, ya que pueden debilitar el césped. Para utilizarlas como mantillo en la base de las plantas, comprueba que no transmitan enfermedades ni sean tóxicas para otras plantas. Es el caso de las de algunos árboles, como los nogales. Si no haces nada, llévalas a un centro de reciclaje. Asegúrate de antemano de que acepta este tipo de residuos. Para recogerlas, hazte la vida más fácil con el rastrillo-pala Combisystem 3 en 1 de Gardena (foto de al lado), que permite rastrillar, recoger y tamizar los residuos (25,99 €, mango de madera desde 14,99 €, (www.gardena.fr) .
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Cuándo plantar y sembrar
Como el suelo ha almacenado el calor del verano, es más fácil trabajarlo y esto optimiza el crecimiento de las plantas. El enraizamiento también será más rápido. Si tienes un huerto, las posibilidades son numerosas: lechugas, espinacas, nabos, cebollas, puerros, rábanos, zanahorias, remolachas… Aprovecha para…
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