PARÍS — El terremoto político con el que Francia se despertó el lunes no fue menos sísmico porque pudiera haber sido previsible.
La extrema derecha logró la victoria en la primera vuelta de las elecciones legislativas después de que la todopoderosa apuesta del presidente Emmanuel Macron resultara contraproducente. Ahora el líder centrista y la izquierda del país, aturdidos por los resultados históricos, luchaban por frustrar la Agrupación Nacional (RN) en la decisiva segunda vuelta e impedir el primer gobierno de extrema derecha de Francia desde la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Según los resultados oficiales publicados por el Ministerio del Interior del país la madrugada del lunes, el partido de Marine Le Pen y sus aliados lideraron con el 33% de los votos, un bloque de partidos de izquierda siguió en segundo lugar con el 28% y la alianza centrista de Macron quedó en tercer lugar con solo el 20%.
La participación fue inusualmente alta, lo que aumentó la sensación de volatilidad. Casi el 60% votó, en comparación con el 39,4% en 2022, según las últimas cifras de participación publicadas por el Ministerio del Interior.
Los resultados siguieron en gran medida las encuestas de opinión publicadas antes de la votación anticipada, convocada por Macron después de que su partido sufriera una derrota ante el RN en las elecciones al Parlamento Europeo el mes pasado.
Pero de todos modos fue una clara reprimenda para el presidente y su partido de gobierno.
“La lección es que la extrema derecha está a las puertas del poder”, dijo el primer ministro de Macron, Gabriel Attal, en un discurso a la nación cuando se conocieron los resultados el domingo por la noche.
La pregunta ahora es si los bloques de izquierda y centro podrán formar alianzas tácticas para bloquear al RN en la segunda vuelta final, que tendrá lugar en todo el país el 7 de julio.
“La situación es clara”, dijo Attal. “Lo que está en juego en la segunda vuelta es impedir que la extrema derecha obtenga la mayoría absoluta”.
La alianza de izquierda, el Nuevo Frente Popular, también dijo que retiraría a los candidatos en lugares donde estuvieran en tercer lugar para evitar que los votos se dividieran entre quienes se oponen a la extrema derecha. Pero quedaban muchos detalles por debatir.
Si bien no está claro si el partido populista y antiinmigración RN puede lograr una mayoría legislativa absoluta en la segunda vuelta, si logra el mayor número de escaños en la Asamblea Nacional francesa sería un momento dramático en la historia política del país.
La votación tendrá lugar poco más de dos semanas antes de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024.
“La democracia ha hablado”, dijo la líder ideológica del partido Marine Le Pen, cuyo padre Jean-Marie Le Pen fundó el movimiento, en declaraciones transmitidas en vivo por la televisión francesa el domingo por la noche.
El bloque liderado por Macron ha sido “prácticamente borrado”, afirmó Le Pen.
